Uno de los principales argumentos que nos encontramos cuando hablamos de vestirse de forma sostenible para contribuir a cambiar el modelo del sector textil es que sale más caro y no todas las personas pueden permitírselo. 

Y tiene sentido si consideramos que precisamente la moda rápida puede vender a esos precios tan bajos porque se basa en materiales sintéticos baratos (no te pierdas nuestra investigación sobre los trapos sucios de Shein) basados en combustibles fósiles y en una mano de obra barata a costa de unas condiciones de trabajo digno. 

Pero no nos resistimos a creer que apostar por un armario sostenible tiene que ser a costa del bolsillo. Así que nos hemos puesto a hacer números y, ¡es posible!

Te contamos cómo. 

Para empezar, hemos considerado como presupuesto el dato del INE de gasto medio por persona en España en ropa y calzado, que en 2022 fue de 498,59 € y hemos puesto el foco en la generación Z (personas nacidas entre 1994 y 2010) que son las que más ropa rápida consumen. 

Con esa cantidad en mente hemos buscado 10 productos de prendas y calzado básico que podrían estar en un armario tipo y hemos comparado opciones de moda rápida de las marcas  más consumidas y opciones de moda sostenible para ver si nos podríamos ajustar a ese presupuesto. 

Empezamos por ejemplo, con un pantalón vaquero. De una marca de moda rápida nos cuesta 35,99€. Del mismo estilo pero de una marca de moda sostenible: 105€.  A la cesta. 

En este caso, si se cumple que la opción sostenible es más cara. Entonces ¿cómo hacemos para que nos salgan las cuentas?

Comprar moda sostenible no se limita solo a prendas nuevas hechas con criterios de sostenibilidad, sino también a otras opciones para usar y consumir moda que no implica comprar productos nuevos. Aquí es donde se amplía el abanico de alternativas ya que podemos también alquilar, compartir o reutilizar de segunda mano dándoles así más uso a cada prenda que se ha fabricado y amortizando así más los recursos que se han empleado. Y es añadiendo estas opciones donde se equilibra la balanza. 

Siguiendo con nuestro armario básico, el coste adicional del vaquero sostenible lo compensamos, por ejemplo, con una falda. Comprada nueva de moda rápida nos cuesta 49 euros mientras que buscando otra similar de estilo y material de segunda mano la podemos encontrar por 7,45 €. 

Incluso nos hemos encontrado con precios igualados, como unas zapatillas deportivas de marca conocida que se venden al mismo precio que otras de diseño similar pero fabricadas localmente con materiales sostenibles. 

En conclusión, si completamos ese armario básico con un 50% de prendas nuevas de marcas sostenibles y un 50% de prendas de formas de consumo circular (segunda mano, alquiler, intercambio, etc…) tenemos un armario completo, al mismo precio que uno de fast fashion ¡y le ahorramos muchos costes ambientales y sociales al planeta! 

Eso si, no hay que olvidar que los primeros pasos del consumo sostenible son repensar y reducir. ¿Realmente necesito esa nueva prenda? ¿Puedo seguir utilizando lo que ya tengo? ¿Puedo reparar en lugar de comprar? Consumir por consumir, incluso si es de forma sostenible, aumenta los impactos al planeta ¡y seguimos gastando por gastar! Para este armario hemos pensado en los gastos en un año, pero si lo hiciésemos más a largo plazo veríamos que los productos de marcas sostenibles son de mayor calidad y nos duran más tiempo, asique tendremos que renovarlos con menos frecuencia y más dinerito que nos ahorraremos. 

Así que te animamos a que cuando se trata de moda, compres marcas sostenibles, alquiles, repares, reutilices, compartas, intercambies y encuentres tu propio estilo ¡sin costarle a tu bolsillo ni al planeta!