Hoy se celebra en todo el mundo el Día de la Tierra, uno de esos días a lo largo del año en los que la comunidad internacional recuerda la importancia de cuidar el planeta, la nave por la que viajamos por el espacio. Un planeta dolorido, enfermo, cuyos límites biofísicos han sido sobrepasados. Con una atmósfera sobrecargada de dióxido de carbono, con océanos más calientes, con menos peces y corales y donde flota un mar de plástico; con unos bosques diezmados o ardiendo y con una rampante extinción de especies animales y vegetales.

La especie que pensaba que dominaba este planeta, la especie humana, permanece confinada en sus casas, asustada y preparada para otra crisis social y económica. Una más.

Nuestro planeta enferma y sus habitantes también. Causa y efecto… ¿o fue al revés? ¿Qué empezó antes?. Los bosques son sustituidos o arden en pavorosos incendios. El hielo ártico se derrite. Los últimos cinco años han sido los más calurosos registrados para nuestros océanos. Al entrar en la sexta extinción masiva, la crisis climática está ejerciendo una presión adicional sobre un gran número de animales que ya están en riesgo debido a otras actividades humanas. La comunidad científica está señalando que el deterioro ambiental favorece la transmisión de patógenos de animales salvajes al ser humano, provocando pandemias como la que azota actualmente a la humanidad. La buena noticia es que sabemos cómo y aún estamos a tiempo de sanar nuestro planeta.

En este contexto de emergencia sanitaria donde emerge el valor del sistema sanitario y de las personas que nos cuidan, es obligado recordar que el cuidado de la Tierra es más necesario que nunca y es la única vía para prevenir nuevas crisis. Una vez que parece se consolida el aplanamiento de la curva de la pandemia, urge abordar la actual crisis climática y de biodiversidad, que no han vivido ninguna cuarentena. Para evitar nuevas crisis hay que empezar a ver gráficas que muestren tendencias de reducción de emisiones, de concentración de CO2 en la atmósfera y de deforestación; de reducción residuos o de extinción de especies. Hay que aplanar también la curva de la crisis climática y de biodiversidad.

Entre los cuidados que necesita nuestra Tierra está la dejar atrás la era de los combustibles fósiles. Por este motivo, hoy estamos recordando a las empresas responsables de estas energías sucias (carbón, petróleo, gas) que hay que acelerar la transición hacia un modelo energético 100 renovable y dejar de financiar, extraer, refinar o quemar estos combustibles contaminantes. Dado que la quema de combustibles fósiles es la mayor responsable de las emisiones causantes del cambio climático; aplanar y hacer descender esta curva de emisiones es fundamental para la sanación del planeta.

En este contexto de celebración, cientos de organizaciones sociales convocadas por Fridays For Future, 2020 Rebelión por el Clima y Alianza por el Clima -plataforma de la que forma parte Greenpeace-, han convocado a la ciudadanía a una acción global por el clima este próximo viernes 24 de abril, a las 22h, para reivindicar una salida de la crisis sanitaria que ponga en el centro el medioambiente y a las personas y tenga en cuenta criterios de justicia social y climática.

Con la convicción de que cada crisis debe ser tratada como tal, las organizaciones convocantes son conscientes de que no es momento de interferir en la lucha contra la pandemia ni de detraer recursos de ella y, por eso, esta convocatoria impulsada por el colectivo Fridays for Future en todo el mundo bajo el marco de “Global Strike for Climate”, sitúa su centro en las fachadas y las redes y llama a la reflexión y a sentar las bases para actuaciones futuras, más concretas y contundentes.