Cada vez antes, España, al rojo vivo: calor e incendios
De repente, estamos en verano con temperaturas altísimas. De nuevo temperaturas anormalmente altas, probablemente la ola de calor más temprana de la historia.
Con temperaturas así, el riesgo de incendio forestal se dispara, ya que este índice diario meteorológico se calcula a partir de: la temperatura del aire seco, la humedad relativa del aire, la velocidad del viento y la precipitación registrada en las últimas 24 horas.
Y así tenemos esta pinta para estos días.
#PredicciónAEMET. Nivel de riesgo de incendios previsto hoy y mañana. https://t.co/MVph8kDaGR pic.twitter.com/Ljhco2EbNa
— AEMET (@AEMET_Esp) May 20, 2022
El 19 de mayo las temperaturas máximas fueron al menos 7 ºC más altas de lo habitual para la época. Se rozaron 40 ºC en puntos de la provincia de Jaén, cuya capital alcanzó una temperatura máxima de 38,7 ºC. Esta cifra es nada menos que 15 ºC superior a lo normal. pic.twitter.com/LHOxqFq6RQ
— AEMET (@AEMET_Esp) May 20, 2022
Estos mapas nos están diciendo que mucho cuidado, que el peligro de incendios es extremo, muy alto y alto en muchas zonas del territorio. Una llamada a la precaución no solo a nuestra hidratación, sino también a la de nuestras masas forestales.
Nos estamos acostumbrando a que situaciones anómalas se estén convirtiendo en una normalidad. Las olas de calor se han incrementado en los últimos años debido al calentamiento global. Si hacemos el ejercicio de comparar dos tramos de olas de calor que afectaron en los últimos cuarenta años tenemos una foto clara de cómo ha evolucionado la situación:
Nos estamos acostumbrando a que situaciones anómalas se estén convirtiendo en una normalidad
Y esto influye claramente en el riesgo de incendios ¿Cómo?
Recordemos que hay dos tipos de riesgo (simultáneos):
- Cerca de un 95% de los incendios tienen un origen antrópico, es decir originados por el ser humano (negligencias- accidentes, intencionados, etc.). Esto se conoce como riesgo de ignición (probabilidad de que se inicie el fuego). De manera que ¡Máxima precaución! No hagas fuegos o pide autorización para hacerlo (que si hay riesgo alto no la van a conceder).
- Una vez iniciado ese fuego, existe el riesgo de que se propague y se convierta en un incendio. Dependerá de la topografía, meteorología y combustible, es decir el estado de la vegetación. Si tiene poca humedad, arderá más fácilmente y será alimento para el incendio. Es aquí donde inciden las olas de calor, en aumentar la inflamabilidad de la vegetación y ayudará a la progresión del incendio.
¿Cómo vamos de incendios forestales?
Sí, porque antes del verano ¡hay incendios forestales!. De hecho, en lo que llevamos de año ha habido 3.479 incendios (a fecha 31 de abril) con casi 15.000 hectáreas calcinadas. Y la cornisa cantábrica ha llegado a tener 800 incendios forestales. La Región Noroeste (división estadística) que comprende las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y las provincias de León y Zamora es donde se han dado el 59,07% de los incendios así como el 86% de la superficie forestal afectada.
En esta misma Región, ha sufrido dos grandes incendios forestales, concretamente dos municipios zamoranos: Fuente
- Incendio de Hermisende 2370 ha (1458 ha en España)
- Incendio de Lubián 510 ha
Hermisende ardió 291 veces en los últimos diez años según las estadísticas del ministerio. Y aunque todavía queda un porcentaje importante de incendios de causa desconocida, la mayor parte de estos incendios están asociados a prácticas agrarias y ganaderas inadecuadas e irresponsables, especialmente las quemas de matorral, la limpieza de vegetación o trabajos forestales relacionadas con prácticas tradicionales, como así afirma lasmemorias de la Fiscalía de Castilla y León.
Por tanto, vemos que los incendios son un tema complejo, los distintos riesgos (ignición y propagación) nos dicen que son problemas sociales y ambientales. Por tanto las soluciones tienen que ir en ambas direcciones.
El riesgo de ignición es antrópico. No se puede quemar como se quemaba antes para gestionar el territorio. Es “una irresponsabilidad reducir al intencionado un problema con unas dimensiones complejas. Es lo mismo que decir que los robos son intencionados y cruzarse de brazos” (Serafín González, presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural) y no puedo estar más de acuerdo, hay que abordar el uso cultural del fuego y todo lo que hay detrás (Más info. Incendios en el norte: de la cultura del fuego a la intencionalidad). Tras ese inicio de la llama (independientemente de su origen) el fuego se propaga favorecido por olas de calor y sequías prolongadas que afectan a las masas forestales cada vez más inflamables. Ya tenemos el incendio forestal.
Las olas de calor aumentan en frecuencia, como vemos llegan antes, un impacto claro de la emergencia climática, en la que podemos hacer mucho más que mirar al cielo y ver si va a llover. Extinguir “sólo” no resuelve la situación, las líneas de trabajo tienen que ir hacia:
- Reducir esa probabilidad de inicio del fuego, es decir la siniestralidad e incentivar medidas y debates sobre el uso cultural del fuego.
- Reducir el riesgo de propagación, es decir, gestionar el territorio para asegurar que tenemos masas forestales resilientes. (gestión forestal y urbanística)
- Y todo esto, en un contexto de cambio climático en el que es prioritario poner fecha de caducidad a los combustibles fósiles y transitar con urgencia a un sistema energético 100% renovable.
Comentarios
Con el calor busco en la sombra acomodo , cuando esto no se da si puedo me remojo , cierto es que estas temperaturas tan tempranas , aumentan mi limitar incluyendo el volar , más cada vez me cuesta más saciar la sed . Así como el fuego me hace batir las alas , buscando parajes más seguros , en esto me diferencio de los humanos , l@s cuales lo tenemos arduo complicado , para salir volando .
Cierto es que la Madre Tierra no hace entre sus hij@s distinciones , a cada cual nos dota con unas características . Estos son los momentos de saber hasta donde llega nuestra evolución .
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