Entrada de blog por Mónica Parrilla de Diego - 18-07-2024


No, las áreas protegidas no agravan los incendios forestales

Hoy y en los próximos días tendremos riesgo extremo de incendio forestal. El sábado es una locura, así que máxima precaución.

Imágenes Aemet de riesgo de incendio para el sábado 20 de julio.

Y ante los incendios que están por venir, hemos presentado el informe “Las áreas protegidas no agravan los incendios forestales” en el que desmontamos algunos de los bulos y desinformaciones que de forma sistemática realizan algunos sectores cuando hay incendios forestales y que ponen el foco en cuestionar la conservación,  las figuras de áreas protegidas y por supuesto el ecologismo.

Esto hace que el foco y el debate miren hacia otro lado en vez de a las soluciones. No podemos permitirlo. Ya hemos avanzado aunando las demandas desde la comunidad experta en la Declaración sobre la gestión de los grandes incendios forestales en España y este 2024 es clave.

Vamos allá contra algunos bulos y desinformación sobre la evolución de los incendios forestales.

“Hay un excesivo proteccionismo”

Falso. Si contabilizamos la superficie con protección estricta (Parques Nacionales y reservas integrales) tan sólo el 0,78 % de la superficie protegida tiene estándares rigurosos de protección. Es decir, el 99,2 % de la superficie restante no está estrictamente protegida y su régimen de protección es compatible con actividades económicas agrícolas, forestales, cinegéticas, ganaderas, turísticas, etc. 

En el primer mapa todas las áreas protegidas, en el segundo solo las de protección estricta.

Imagen publicación Jordi Palau (2020). “Rewilding Iberia. Explorando el potencial de renaturalización en España” (Lynx Ed.)

“Las áreas protegidas arden más”

La estadística lo desmiente. Tan sólo el 13,57 % de los siniestros afectaron a espacios naturales protegidos (2005-2017) y pocos incendios se originan dentro. Por ejemplo, en el caso de los espacios integrados en la Red Natura 2000, tan sólo un 18,37 % de los incendios se originaron dentro del espacio. Es decir casi el 82% de los incendios se originaron fuera de espacios protegidos de la Red Natura 2000.

Por otro lado, hay que recordar que el 73 % de los municipios españoles tienen parte de su territorio dentro de algún tipo de área protegida, de manera que es lógico que los espacios protegidos pueden verse afectados por incendios forestales que comienzan en zonas próximas y, sin embargo, no son responsables de la evolución de los grandes incendios forestales.

“La sociedad rechaza y quema las áreas protegidas”

Otro bulo muy extendido es el que argumenta que la gente provoca incendios forestales porque está harta de que no se pueda tocar el monte. Si acudimos a las cifras oficiales, el bulo se desmonta solo, ya que dentro de las motivaciones que aparecen en las estadísticas de incendios tan solo un 0,16 % de incendios están motivados por el rechazo a los espacios naturales protegidos. 

“Las áreas protegidas tienen un mayor riesgo de incendio forestal”

Un porcentaje importante de la superficie forestal protegida se sitúa en áreas montañosas y de topografía accidentada y sí, genera un extra de riesgo y dificultad a la hora de evitar la propagación del fuego. Es la orografía la que acentúa esta dificultad, no el hecho de que estas zonas estén o no protegidas. Fuera de los espacios naturales protegidos, el riesgo es el mismo.

Por otro lado,  cuando llegan las llamas al espacio protegido, los experto/as e informes apuntan que las planificaciones del espacio protegido y la de prevención/extinción de incendios raramente coinciden, algo fundamental para prevenir y que facilitar la extinción en cualquier espacio. Por ejemplo, según estudios, no se realiza inventario de infraestructuras preventivas existentes en el espacio protegido o una propuesta de actuaciones necesarias.

“Las áreas protegidas no se pueden tocar, no se puede coger ni una piña”

Falso. Muchas de las actividades y aprovechamientos en áreas protegidas son compatibles con los objetivos de conservación y así quedan definidos en los Planes de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) y en los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG). Incluso en los espacios con un mayor nivel de protección, como los Parques Nacionales, la normativa establece qué tipo de actividades compatibles pueden llevarse a cabo dentro del espacio. Y en otros espacios como la Red Natura 2000 hasta se promociona la introducción de ganado en extensivo para reducir la  propagación de incendios, entre otras iniciativas.

¿Y por qué ahora este informe?

Porque el 2024 es clave para la biodiversidad. Se ha aprobado el Reglamento de la Restauración de la Naturaleza y la próxima cumbre del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16) que se celebra en Cali (Colombia) en octubre. Dos oportunidades fundamentales para la protección ambiental.  

Hay una oportunidad histórica de proteger, restaurar y recuperar el 20% de la superficie terrestre degradada, lo que se traducirá en reducir la propagación de los incendios forestales, así lo declaran 6.000 cientifica/os. No, ¡no es una ley incendiaria! Al contrario, porque las zonas degradadas tras un incendio se homogenizan y generan un paisaje fantástico para la progresión del fuego. 

¿Qué soluciones para la prevención de grandes incendios forestales?

Pasan por reducir la alta siniestralidad y por reducir la propagación de las llamas, a través de la gestión de las masas forestales (la no intervención planificada será una opción que no hay que confundir con abandono) de las masas forestales, así como acerca la cultura forestal y la importancia de las áreas protegidas, claves ante la emergencia ambiental.

Mónica Parrilla de Diego - autor del blog.
Mónica Parrilla de Diego
Ingeniera Técnica Forestal por la Universidad de Valladolid. Máster en Gestión de Residuos (Instituto de Investigaciones Ecológicas). Diploma universitario como Experta en Igualdad por la UNED. Responsable de campañas del Área de Biodiversidad de Greenpeace España Twitter: @MonicaParrill
48 posts

¡ Comparte !


Comentarios

0 comentarios

¡ Comparte !