Entrada de blog por Elvira Jiménez - 05-07-2024


Nos morimos de calor (literalmente)

El verano ya está aquí, y promete no defraudar y ofrecernos de nuevo temperaturas difíciles de soportar. Abanicos, ropa ligera, personas a la búsqueda de la sombra perdida, fuentes abarrotadas, el granizado de limón de turno, las sillas “a la fresca”… los clásicos de todos los años para vencer el calor. Y así sobrevivimos a los días abrasadores y las noches tórridas. Como toda la vida, ya sabemos lo que es. ¿Seguro?

2023 ha sido el año más caluroso desde que se tienen registros. Llevamos 12 meses consecutivos batiendo el récord de temperatura global para ese mes. Las olas de calor son ya habituales en verano. Y cada vez irán a más. Más calor, durante más días.

Fuente: Estudio de Visualización Científica del Centro Goddard de la NASA
Fuente: Estudio de Visualización Científica del Centro Goddard de la NASA

Fuera de tópicos, el calor extremo es algo muy grave. El calor mata, tal cual. Es el fenómeno meteorológico extremo que más muertes provoca en Europa y en España. En las olas de calor de 2003, 2010 y  2022 (las más severas) murieron en Europa entre 55.000 y 72.000 personas en cada una de ellas. En España, entre 2022 y 2023 han muerto casi 8000 personas por causas atribuibles al calor. El ritmo al que aumenta la mortalidad por calor en España es el doble que la media europea.  

El calor se ceba con las personas especialmente en las ciudades. Las superficies de asfalto y hormigón absorben el calor, y el tráfico motorizado y la climatización generan aún más contribuyendo a un ambiente sofocante de día y de noche. Hasta tal punto que en las ciudades europeas se están viviendo el doble de olas de calor que en las zonas rurales de su entorno.

La mayoría de las muertes se dan por agravamiento de enfermedades existentes, como cardiacas, respiratorias o renales. Sin embargo, otras características como la edad, sexo, el tipo de trabajo o cuestiones económicas o sociales también influyen. Y si se superponen unas a otras la vulnerabilidad se dispara. Por ejemplo: una persona mayor, mujer, con enfermedad crónica, que además tiene renta baja será más vulnerable. 

Cuando azota el calor se difunden las recomendaciones y precauciones que debemos tomar: hidratarnos, no salir a la calle en las horas de más calor, mantener la casa fresca y quedarse en ella…etc. Todo ello muy necesario, aunque no es suficiente. 

¿Qué pueden hacer las personas que trabajan en el exterior y tienen que cumplir con su horario laboral? ¿O las personas cuya vivienda es un horno y no tienen dónde ir a refugiarse en su barrio? ¿O aquellas que por su edad o condiciones de salud ni siquiera pueden salir de su vivienda mal acondicionada?
La vulnerabilidad al calor no es una cuestión únicamente individual. El barrio donde se vive, la cercanía de vegetación y zonas verdes, las condiciones de la vivienda, el nivel de renta o el acceso a servicios sanitarios y sociales de calidad también influyen. En la vulnerabilidad al calor extremo también existe desigualdad y por eso es esencial conocer nuestro riesgo.

¿CUÁL ES TU RIESGO ANTE UNA OLA DE CALOR?

Te ayudamos a estimar tu nivel de riesgo ante un episodio grave de calor.

Además de tomar precauciones individuales, debemos demandar a los ayuntamientos que tomen las medidas para que nuestras viviendas, barrios y municipios nos protejan del calor. A todas las personas, especialmente a las más vulnerables. Adaptar los municipios al calor extremo no es una moda ni un capricho, es una cuestión de salud pública y de equidad. Se trata de salvar vidas, sin dejar a nadie atrás.

Más árboles, menos calor.
¡Ciudades más verdes ya!

Elvira Jiménez - autor del blog.
Elvira Jiménez
Licenciada en Biología por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Economía Circular y Desarrollo Sostenible por la Universidad Internacional de Valencia. Responsable de campañas y respuesta rápida de Greenpeace España. Twitter:@elvirajn
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Comentarios

1 comentario
Silver 10/07/2024

Las olas de calor cada año duran más. En el sur de España empieza a darnos miedo. Es un horror. En Murcia he vivido noches sin bajar de 33 grados. No sé donde miden la temperatura allí. Pero no dan una. Durante el día temperaturas de 48 grados. Una salvajada. Y no paran de arrancar árboles.

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