Un equipo de Greenpeace viaja a Chernóbil para medir la radiación
Greenpeace mide los niveles de radiactividad en torno a Chernóbil, en la zona ocupada por los rusos: la primera investigación independiente cerca de la central nuclear en ruinas tras la invasión rusa.
La guerra rusa contra Ucrania también despierta antiguos temores europeos: la catástrofe nuclear de Chernóbil en 1986, cuando la Unidad 4 de la central nuclear explotó y contaminó unos 150.000 kilómetros cuadrados de terreno. La zona de exclusión alrededor de la central nuclear sigue contaminada radiactivamente y es inhabitable. A pesar de ello, el ejército ruso cavó trincheras y refugios alrededor de la planta dañada en primavera. Incluso en algunos momentos se interrumpió el suministro eléctrico de la instalación nuclear.
Un equipo de Greenpeace está viajando actualmente a Chernóbil para evaluar el impacto de las actividades militares sobre el terreno, y a qué peligros potenciales se expusieron las personas y el medio ambiente. Esta investigación ha sido aprobada por el gobierno ucraniano. «Queremos saber qué ocurrió sobre el terreno. La información proporcionada por el OIEA hasta ahora es insuficiente«, afirma Thomas Breuer, experto nuclear de Greenpeace Alemania, que se encuentra en Chernóbil. «Con nuestras mediciones científicas se podrá evaluar mejor en el futuro la seguridad para la población de la región«.
Bajo la dirección de Greenpeace Alemania, cinco expertos en radiación están examinando varias posiciones rusas abandonadas en busca de contaminación radiactiva. A finales de febrero, los soldados rusos cavaron trincheras y refugios en el «bosque rojo» y sus alrededores, una zona muy contaminada al oeste de la central nuclear. Unos 600 soldados estaban de servicio en ese momento y, según informes ucranianos no confirmados, muchos de ellos necesitaron atención médica.
Mediciones independientes por primera vez
Sin embargo, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), no hubo en ningún momento gran peligro para las personas o el medio ambiente. Por primera vez desde el comienzo de la invasión rusa, se están realizando mediciones independientes y se está verificando la declaración del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) también para descartar cualquier conflicto de intereses: el director adjunto del OIEA es Mijail Chudakov, empleado desde hace tiempo de la corporación nuclear rusa Rosatom. La empresa estatal ha vendido hasta ahora 18 reactores nucleares a Europa; están situados en Finlandia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y la República Checa. A Rusia le interesa presentar la energía nuclear como segura: hay mucho dinero en juego.
Comentarios
ENERGÍA NUCLEAR NO ,
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