El ahorro y la eficiencia energética benefician a la vez al bolsillo de la ciudadanía y a la lucha contra el cambio climático, y son clave en un país como el nuestro donde más de 5,2 millones de hogares sufren de pobreza energética y donde seguimos importando más del 80% de nuestra energía a través de combustibles fósiles y peligrosos.

#1
Bájate la factura de la luz, bájate la potencia

La potencia es la parte de la factura que pagas cada mes, consumas o no, ahorres luz o no. Redúcete la potencia eléctrica contratada para pagar menos en tu factura de la electricidad, además de lanzar un claro y contundente mensaje a las eléctricas. Además, ahora en tu factura puedes consultar la potencia máxima que has utilizado en los últimos 12 meses. Así podrás ajustar fácilmente la potencia contratada a tu necesidad real. También ahora podemos elegir contratar 2 potencias diferentes para los dos tramos horarios (valle y punta) en caso de que estés en tarifa regulada, facilitando así fomentar el ahorro.

#2
Produce tu propia energía

Cada electrón producido con energías renovables evita que se genere otro con energías sucias. Participa en proyectos individuales o colectivos de energías renovables como, por ejemplo, el autoconsumo o las comunidades energéticas. Ahorrarás en tu factura luchando contra el cambio climático.

Crea o únete a un colectivo que genere nuevas formas de energía renovable, utilizando los recursos sostenibles de tu zona (sol, viento, biomasa, geotermia…). De manera colaborativa lograrás reducir las emisiones de CO2 del sistema eléctrico.

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#3
Construcción inteligente y eficiente de nuestros edificios

Un mejor diseño de los edificios y un aislamiento térmico efectivo permitirán convertir a nuestros edificios en edificios de consumo casi nulo, especialmente si los combinamos con sistemas de generación de electricidad renovable (autoconsumo) y ahorrar hasta un 80% de la demanda térmica media de los edificios. El sol y el calor corporal son realmente todo lo que necesitas para la mayoría de la necesidades de calefacción en una casa eficiente (casa pasiva). Este tipo de viviendas están muy bien aisladas y la mayoría de sus ventanas están orientadas al sur. 

Y si tu casa no es de nueva construcción, plantéate una rehabilitación especializada (envolvente exterior de paredes, cambio de ventanas, y aislamiento de tejados son elementos fácilmente mejorables con un altísimo impacto en tu gasto energético) además de una instalación de autoconsumo (fotovoltaica u otra) para generarte tu propia electricidad. Las directivas europeas de eficiencia energética de edificios y las recomendaciones sobre renovación ya se orientan hacia la construcción de edificios de consumo de energía casi nulo con la premisa de primero la eficiencia. Entiende por qué el el autoconsumo está hecho también para ti.

#4
Adquiere electrodomésticos de mayor eficiencia energética

Muchos electrodomésticos consumen más energía de la necesaria, incluso cuando están apagados. Busca los que tengan etiquetas de ahorro energético de clase A, la más eficiente. Un frigorífico típico fabricado en 1993 consume el doble de electricidad que un modelo de alta calidad moderno. Su cambio te reportará grandes ahorros en el término de energía de la factura eléctrica, y contribuirás a reducir las emisiones anuales de CO2. Los nuevos electrodomésticos deben incorporar un interruptor de corte que los desconecte de la fuente de alimentación, o que en modo de reposo no consuman más de 1 vatio.

Puedes comprar electrodomésticos en función de su eficiencia y precio en: http://www.eurotopten.es/

#5
Haz un favor a tu ordenador y déjale que descanse

Utiliza el modo de ahorro de energía del sistema operativo. Cuando acabes de trabajar, apágalo y no olvides desconectarlo también de la fuente de alimentación. Por cierto, los ordenadores portátiles son más eficientes energéticamente que los sobremesa. Mientras los uses, asegúrate de que tengan buena ventilación para evitar sobrecalentamientos, por ejemplo, situando el portátil sobre un soporte elevador.

#6
Usa bombillas y lámparas LED

Las luces LED reducen el consumo energético hasta un 80-90% respecto a las antiguas incandescentes. Apaga siempre las luces de habitaciones que no estés usando. Para las zonas muy transitadas o usadas por muchas personas diferentes, lo ideal son los interruptores de presencia (los hay incluso con bombillas con ellos incorporados), que se encienden o apagan automáticamente al detectar la presencia.

#7
Pon fin a las pérdidas de energía de reposo

Televisores, vídeos, ordenadores y todos los accesorios que les acompañan continúan consumiendo electricidad cuando están en “stand by”. Para evitarlo, desconecta los enchufes o, más fácil, utiliza un enchufe múltiple con su propio interruptor de corte. Estas pérdidas son las responsables del 5 al 13% del consumo de electricidad en los hogares de los países de la OCDE.

#8
Evita dejar enchufados cargadores y transformadores

Siguen consumiendo electricidad incluso cuando no se utilizan. Desconecta los cargadores de teléfonos móviles y demás aparatos digitales, y los transformadores de las lámparas halógenas y electrodomésticos siempre que no estén en uso.

#9
En la cocina, piensa siempre en términos energéticos

Tapa la cacerola. Utiliza sólo el agua necesaria cuando vayas a hervir alimentos, evita calentar más de la que necesites. Usa olla a presión, mejor la súper-rápida. No precalientes el horno, no lo abras mientras no termine y usa el programador automático. Si tienes que comprar una cocina, la más eficiente es la cocina de inducción, es la forma más eficiente de calentar, junto con el microondas. Si tienes cocina eléctrica, como la vitrocerámica, apaga los fuegos o el horno cuando esté caliente y deja que se termine de cocinar sin gastar electricidad.

#10
Coloca el frigorífico en un lugar fresco

No lo pongas nunca cerca de fuentes de calor (horno, cocina…). Abre las puertas el menor tiempo posible y verifica que cierran bien. No obstruyas la ventilación de las rejillas de atrás, mantenlas limpias de polvo. También colócalo de forma que las paredes laterales estén ventiladas.

#11
Descongélalo con regularidad si el aparato no lo hace de forma automática

Consumen más energía cuando acumulan hielo. No introduzcas nunca alimentos calientes. Descongela la comida pasándola del congelador a la nevera un día antes. Ajusta el termostato a una temperatura no excesivamente baja. Por cada grado centígrado de frío su consumo de energía aumenta un 5%.

#12
Las calderas eléctricas para calentar agua son muy ineficientes

Cambia tu vieja caldera eléctrica o de gas lo antes posible por colectores solares o por una bomba de calor de agua caliente (tanto para agua caliente sanitaria como para calefacción de suelo radiante) y que además sea inteligente para poder decidir en remoto cuándo hacerla funcionar y así aprovechar las horas en las que hay más producción renovable y menor precio de la electricidad (gestión de la demanda).

#13
Date una ducha rápida en lugar de un baño

Apaga el grifo mientras te enjabonas. Elige una melodía corta y cántala o sílbala. Cuando se termine, también lo hará la ducha. Instala un economizador de agua en la ducha: acorta a la mitad el consumo de agua y de energía. Un grifo monomando o con control separado de caudal y temperatura ayudan a ahorrar agua y energía de forma fácil y cómoda.

#14
Puedes instalar captadores solares térmicos

En nuestras latitudes, los captadores pueden suministrar entre el 60 y el 70% del agua caliente necesaria en un hogar y esta cifra puede aumentar hasta el 100% en regiones muy soleadas. Los captadores solares proporcionan más que agua para lavarse. Las instalaciones de calentamiento solar de casas bien aisladas pueden proporcionar todo el calor necesario y servir de soporte del sistema de calefacción en invierno.

#15
Ahorra en la colada

Lava en frío y olvídate del prelavado. Un lavado normal será más que suficiente y reducirás el consumo energético hasta un 80%. Realiza siempre el lavado con la lavadora llena, como mínimo a unos tres cuartos de su capacidad, y siempre dejando unos 7 cm libres entre la ropa y la parte superior del tambor. Cuando necesites cambiar de lavadora, elige sin dudarlo una de categoría A, tanto en consumo de energía como de agua.

#16
Tiende la ropa para que se seque

Las secadoras son auténticas devoradoras de energía. Un hogar de cuatro personas que no utilice la secadora ahorrará 480 kWh –y 120 kilos de CO2– anualmente. Equivalente a las emisiones debidas a conducir unos 1.000 km en coche. Y si no tienes alternativa, al menos que sea con bomba de calor (es la más eficiente con un consumo de 2,2 kWh).

#17
No utilices electrodomésticos a pilas

Por ejemplo máquinas de afeitar o cepillos de dientes, porque consumen más energía que los conectados a la red. Si no tienes alternativa, al menos intenta cargarlo correctamente. Desenchúfalo tan pronto como se recargue la pila, utilízalo hasta que se desgaste y deséchalo correctamente cuando no funcione más.

#18
La temperatura ideal: no calientes ni enfríes más de lo necesario

Cada grado que bajes la temperatura de la sala estarás ahorrando hasta un 6% de consumo energético en calefacción. 20ºC en invierno y 26ºC en verano es suficiente para un entorno saludable y agradable en el salón de tu casa. Con la ropa adecuada en cada época se puede reducir las necesidades de climatización. Mantén cerradas las puertas, y no dejes nunca la calefacción elevada cuando no estés en casa. Instala termostatos programables para regular automáticamente la temperatura de la habitación, por ejemplo, más alta durante las horas en las que sueles estar en casa y más baja durante la noche y cuando no estás.

#19
Instala un doble acristalamiento aislante

O convence a tu casero para que lo haga. Las viejas ventanas pueden ser una importante fuente de pérdida térmica, no sólo por el cristal, sino también por marcos y cierres ineficientes que actúan como puentes térmicos.

#20
Ventila las habitaciones rápidamente

La mejor forma de ventilar una habitación es apagar la calefacción y abrir las ventanas no más de 10 minutos. Es una operación rápida que evita que se enfríen las paredes. No dejes nunca la calefacción encendida con la ventana abierta, aunque sea sólo una rendija.

#21
Evita el uso de aire acondicionado

Piensa si realmente lo necesitas antes de instalarlo en tu casa. En verano, puedes mantener la casa fresca con un buen aislamiento, enfriadores evaporativos y ventiladores de techo. Recuerda controlar las ventanas durante el día (cerrándolas para que no entre calor e impidiendo con toldos o persianas que entre el sol). Y si no encuentras alternativa al menos instala uno con bomba de calor (que incluso puede servirte en invierno para calentar si lo compras reversible).

#22
Haz revisar tu sistema de calefacción

Los sistemas de calefacción eléctricos clásicos (incluyendo los sistemas de carga nocturna) son devoradores de energía muy ineficientes que deben ser sustituidos por los nuevos sistemas mucho más eficientes. Si inviertes en uno nuevo puedes lograr beneficios económicos en sólo unos años. Pero recuerda que cada sistema de calefacción debe ser mantenido correctamente y a intervalos regulares.

#23
Los recursos geotérmicos pueden suministrar energía para generar calor de varias formas

En muchos países cuentan ya con colectores o bucles geotérmicos bajo el suelo de sus casas y en España ya hay muchísimos casos. Las bombas de calor utilizadas para procesar la energía geotérmica deben accionarse únicamente con energía limpia. La energía geotérmica produce electricidad y calor canalizado.