Con la vuelta a una cierta normalidad tras la pandemia, la necesidad de vigilar los abusos de la clase política y empresarial se hizo más fuerte que nunca. El activismo volvió a las calles para exigir un cambio real del sistema.

 

Tras dejar atrás lo peor de la pandemia en 2020, 2021 fue el año de los fondos de recuperación europeos. Aunque la mayor parte de ellos han empezado a ejecutarse en 2022, desde Greenpeace ya empezamos a señalar la importancia de aprovechar esos fondos para hacer una auténtica transformación verde de nuestro sistema económico.

2021 también fue el año en el que el activismo volvió poco a poco a las calles para recordar que la crisis climática no se había ido a ningún lado y que cada vez es más urgente tomar medidas valientes que lo transformen todo.

Recuperación verde y justa

Siendo conscientes de la oportunidad transformadora que suponían los fondos de recuperación europea, en 2021 desde Greenpeace estuvimos muy pendientes de los planes de aplicación de esos fondos. Analizamos los Presupuestos Generales del Estado que, aunque incluían avances económicos en la apuesta por la recuperación social y la reconstrucción verde, todavía estaban lejos de acometer una transformación radical del sistema económico y social. Además impulsamos la creación de “La Lupa Verde”, un observatorio ambiental y social del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia: España Puede.

Incidencia Política

Lograr cambios para conseguir los objetivos de nuestras campañas requiere también interlocución política. Durante 2021, al igual que en 2020, estas reuniones estuvieron marcadas por la situación de pandemia que vivíamos y en su mayor parte se realizaron de forma telemática. Durante el año 2021 tuvimos 67 reuniones (36 en el ámbito estatal y 31 reuniones en el ámbito autonómico y local).

En el ámbito estatal y autonómico además participamos en un total de 15 consultas públicas, alegaciones o expresiones de interés en diferentes temas relacionados con energía, residuos, agricultura, movilidad, Zonas de Bajas Emisiones y cambio climático,

Cinco años después de su anuncio, en 2021 se aprobó en el Congreso la ley de Cambio Climático y Transición Energética, una ley necesaria y esperada, aunque descafeinada, con unos objetivos de reducción insuficientes para cumplir el Acuerdo de París. Algunos aspectos del texto, gracias a la incidencia política, mejoraron a su paso por el Congreso al incluir la prohibición de la minería de uranio, un papel más protagonista a la eficiencia energética y rehabilitación de edificios para potenciar la descarbonización o la mención a la dieta alimentaria como un elemento para la lucha contra el cambio climático.

Escuela de activismo

Durante el año 2021, la Escuela de Activismo que pusimos en marcha junto a Novact siguió formando a jóvenes que querían transformar la sociedad a través de la acción noviolenta. Coincidiendo con el final de la COP, organizamos cinco campamentos simultáneos en la que se impartieron formaciones teóricas y prácticas de herramientas para reclamar mayor justicia social y ambiental, como la acción no violenta y el brandalismo.