Greenpeace cuelga en la Gran Vía de Madrid un gran cartel de cine con Rajoy y el ministro Nadal de protagonistas para denunciar la política energética del Gobierno

15-12-2017

Acción de Greenpeace en el Palacio de la Música de Madrid contra la política energética del Gobierno

Greenpeace / Pedro Armestre

El cartel, inspirado en el de la película “Lo que el viento se llevó”, tiene el mensaje: “Lo que Rajoy nos dejó, un film con mucho cambio climático y pocas renovables”

La organización ecologista acusa al ministro Nadal de intentar rescatar las costosas centrales de carbón que contaminan y encarecen la factura de la luz

Greenpeace pide al Gobierno que represente a los intereses de las personas y del Planeta en el próximo Consejo Europeo de Energía

Activistas de Greenpeace han colgado en el Palacio de la Música de la Gran Vía de Madrid un cartel inspirado en el de Lo que el viento se llevó, que simula el estreno de una película titulada Lo que Rajoy nos dejó. Un film con mucho cambio climático y pocas renovables. En el cartel puede verse al ministro de Energía, Álvaro Nadal, y a Mariano Rajoy en los roles de Clark Gable y Vivien Leigh respectivamente, en la famosa pose del cartel de la película original. 

Con esta acción de protesta pacífica, la organización ecologista quiere denunciar que el Gobierno sigue anclado en “la vieja película” de las energías sucias como el carbón y la nuclear aunque suponga incumplir los objetivos europeos de renovables o legitimar el Impuesto al Sol. 

Un grupo de activistas ha escalado la fachada del viejo cine abandonado y permanecen junto a la pancarta mientras otro grupo informa a la ciudadanía a pie de calle sobre el motivo de la protesta. Greenpeace quiere denunciar que la política energética del Gobierno está abocando al país a sufrir los efectos del cambio climático con mayor intensidad y a tener que pagar facturas de la luz cada vez más caras.  

El título del cartel viene precedido por el antetítulo: “Tras su drama “El impuesto al Sol”, Mariano Rajoy y el ministro Nadal presentan…”. Además, aparecen dos frases de la película adaptadas a los personajes: “A Dios pongo por testigo que jamás volveré a cerrar una central térmica” y “Francamente querido, el cambio climático me importa un bledo”.

La organización ecologista exige al Gobierno que retire el borrador de Real Decreto con el que quiere evitar el cierre de las centrales térmicas de carbón y nucleares en España y que deje de boicotear en Bruselas los intentos de la UE para dotarse de una política energética sin subvenciones a los combustibles fósiles con las personas y el Planeta en el centro del sistema energético.

Al contrario de lo que defiende el Gobierno, un sistema eléctrico prácticamente 100% renovable, eficiente, inteligente y en manos de la gente abarataría las facturas energéticas de los hogares españoles hasta un 34%. 

Mientras Rajoy alardea sobre la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética que está redactando su Gobierno, se opone a objetivos más ambiciosos de desarrollo de energías renovables y eficiencia energética con la excusa de la falta de interconexiones. 

Consejo Europeo de Energía

La acción de Greenpeace se produce días antes de la celebración el próximo lunes 18 de diciembre, del Consejo Europeo de Energía, donde el Gobierno podría facilitar el diseño de un mercado eléctrico europeo adecuado para el cumplimiento del Acuerdo de París y para que la ciudadanía tenga acceso a las energías renovables en menos de una generación. Sin embargo, el ministro Nadal está intentando trasladar a Europa su política contra el autoconsumo al poner manifiestamente en duda el beneficio neto que puede aportar al conjunto del sistema; también defiende que cada país pueda legislar sobre el derecho ciudadano a participar en la transición energética. 

Greenpeace recuerda que las energías renovables en manos de comunidades y de la ciudadanía se podrían generar ocho veces más beneficios locales, mayor creación de empleo e ingresos fiscales superiores para los municipios. 

En la misma reunión el ministro Nadal, previsiblemente, defenderá la necesidad de mantener las subvenciones al carbón, los llamados mecanismos de capacidad, para que las centrales de carbón inviables, sucias y peligrosas permanezcan operativas a pesar de una sobrecapacidad significativa en el sistema eléctrico. Estos subsidios no se justifican y simplemente retrasan el cierre inevitable de algunas de las centrales eléctricas más antiguas, más contaminantes e inseguras. 

Greenpeace también reclama que es inaceptable el Real decreto propuesto por el Gobierno para evitar el cierre de las centrales térmicas de carbón y nucleares en España porque supondría un bloqueo para la sustitución del viejo modelo energético. El Gobierno debe garantizar un proceso de transición energética hacia un modelo basado en energías renovables y en manos de la ciudadanía que sea justo y  organizado y dejar de crear incertidumbre para las personas trabajadoras y las comunidades locales. 

Además, el ministro Nadal, al mismo tiempo que se opone a garantizar la seguridad jurídica necesaria para las inversiones en energías renovables, se está oponiendo a eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles precisamente para garantizar la seguridad de las inversiones de las tecnologías obsoletas y contaminantes. 

Contexto

La Unión Europea está decidiendo el futuro de su sistema energético a través de la revisión de un amplio espectro de normativas y directivas que abarcan desde la política en materia de energías renovables hasta los subsidios a los combustibles fósiles y el diseño de un mercado común de energía eléctrica. La Comisión Europea publicó las propuestas iniciales en noviembre de 2016 bajo el nombre de Paquete de Energía Limpia para Todos.

Se espera que el Parlamento en pleno vote sobre la reforma de la directiva de renovables y de las normas del mercado eléctrico en primavera de 2018.

Los ministros de Energía de todos los países de la UE se reunirán el próximo lunes 18 de diciembre en Bruselas para llegar a un acuerdo preliminar del Consejo sobre las reformas previstas, en preparación para las negociaciones con el Parlamento y la Comisión que se llevarán a cabo a lo largo de la primavera y verano de 2018.

La política energética europea a 2030 será la resultante de estas negociaciones a tres bandas entre Parlamento, Consejo y Comisión europeos.

 


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