Es la palabra de moda estos días. Por desgracia. Todo empezó el pasado 8 de diciembre, cuando el buque Toconao (contratado por la empresa danesa Maersk) perdió seis contenedores a la altura de Viana do Castelo, en aguas portuguesas. Una semana después, empezó a llegar a la costa gallega el contenido de uno de ellos: 1.050 sacos de 25 kilos de pellets cada uno, así que podemos esperar ¡unos 25.000 kilos de pellets llegando a nuestras playas! Y aún nos queda por saber qué hay en los otros cinco contenedores… La novedad es que es una cantidad muy grande de golpe. Y que avanza con las corrientes, así que ya ha llegado a Asturias, Cantabria, y el País Vasco. Ahora se habla de que estarían llegando pellets también a la playa de Bolonia, en Tarifa (Cádiz), aunque no se conoce su procedencia. Pero es más habitual de lo que podríamos pensar: se calcula que en la Unión Europea se vierten al medio ambiente unas 160.000 toneladas de pellets plásticos al año, y hasta 12 millones de toneladas de plásticos de todo tipo se vierten a los océanos anualmente. Así que estamos hablando de un problema muy serio. Pero vamos a centrarnos en lo que tenemos ahora mismo por delante. ¿Quieres ayudar a recoger pellets y no sabes cómo? ¿No tienes claro si son tóxicos? ¿Vives fuera de Galicia pero quieres hacer algo? Vamos a intentar ayudarte con las cinco claves sobre los pellets que debes conocer: 

1. ¿Qué son exactamente los pellets? Son gránulos de plástico de unos pocos milímetros de diámetro, algo más grandes que un grano de arena. Pueden ser de polietileno, polipropileno, poliestireno, cloruro de polivinilo u otros plásticos y se utilizan como materia prima para fabricar productos de este material.

2. ¿Son tóxicos? Hasta el momento no sabemos mucho sobre su toxicidad. No parecen contener aditivos químicos que sean extremadamente tóxicos, pero hay que esperar a conocer su composición química detallada antes de sacar conclusiones firmes sobre sus efectos a largo plazo. En cualquier caso, se trata de contaminación marina, y sabemos que causan daños en toda la cadena alimentaria marina, desde organismos planctónicos hasta grandes mamíferos marinos. Esta contaminación conlleva desde daños físicos como microlesiones en los tejidos internos (la llamada “plasticosis”) hasta la bioacumulación de contaminantes tóxicos. También pueden facilitar la entrada de virus y bacterias en el organismo al estar adheridos a los microplásticos. Y claro, pueden acabar en nuestros cuerpos.

3. ¿Cómo se recogen? Esto es muy importante, porque hablamos de espacios muy sensibles a la intervención humana, como son las playas, y de materiales que se pueden integrar en la arena si se hunden y que después sea imposible recogerlos. Así que ya sabes, si quieres ayudar, organízate en grupos coordinados con los Ayuntamientos. Y si son espacios protegidos, lo mejor es contactar con las autoridades.

Más consejos: no masificar las playas y acceder solo por los lugares señalados; planificar la zona de limpieza para optimizar el trabajo; evitar pisotear sin control, estableciendo pasillos, para no hundir los pellets en la arena; mejor concentrarse en una zona que dispersarse, y tener máximo cuidado con la vegetación dunar, no pisarla ni acercarse a ella en ningún caso.

Los pellets tienden a acumularse en la línea de marea alta, en las diferentes líneas paralelas a la costa que van dejando las olas. Recogerlos es un trabajo complejo y manual, casi uno por uno, y tenemos que hacerlo con la protección adecuada (guantes, gafas…) que determinen las autoridades. En casos de pequeñas acumulaciones, podemos usar pequeños rastrillos o cepillos para recoger una mayor cantidad filtrando sólo la capa más superficial donde se apoyan los pellets cuando la arena está más seca. Es útil disponer de cubos o capachos de agua para depositar lo que se recoge en superficie, ya que los pellets flotan y después se pueden recoger con coladores.

4. ¿Qué se puede hacer con ellos? Ojo con esto: no podemos dejarlos en los contenedores habituales. Estamos hablando de residuos industriales, no de residuos domésticos, y será necesario analizarlos para determinar su composición exacta y su toxicidad, por lo que es importantísimo que las recogidas se hagan de manera coordinada con los Ayuntamientos y que sean ellos los que se hagan cargo de los residuos.

5. ¿Qué puedes hacer tú? La contaminación por pellets, y en general por plásticos y microplásticos, es un gravísimo problema a nivel global contra el que Greenpeace lleva luchando más de una década. Lo que está ocurriendo estos días en Galicia es muy grave, aunque lo peor es que esto es solo la punta del iceberg de un modelo de producción y consumo devastador con consecuencias globales.

Y ahí todos y todas tenemos un papel vital para remediar esta pesadilla plástica. La buena noticia es que podemos contribuir a desterrar la contaminación por plásticos de nuestro planeta. Aquí tienes algunas ideas:

• #1 Cada vez es más fácil evitar las bolsas de plástico y sustituirlas por otras reutilizables, carros o cestas.
• #2 Procura no usar vasos, platos y cubiertos de plástico cuando estés fuera de casa. Si compras comida o bebida para llevar, pide que no te la den envuelta en plásticos o lleva tus propios recipientes y botellas reutilizables. Elige envases para tus bebidas y líquidos que sean retornables, como el vidrio, en lugar de brik y botellas de plástico.
• #3 Intenta comprar tu comida a granel y evita el exceso de envoltorio, como por ejemplo bandejas.
• #4 Trata se cambiar los tápers de plástico por los de acero inoxidable o vidrio.
• #5 Si es posible, bebe agua del grifo en lugar de agua embotellada.

Y súmate al movimiento por un mar sin plásticos firmando la petición: