La mancha blanca que asesina al Mar Menor
Hemos podido ser testigos, y documentado desde un avión a 5.000 pies, la mancha blanca que asesina al Mar Menor. La situación del Mar Menor sigue siendo crítica, marcada por la aparición de esta mancha blanca y la eutrofización, fenómenos que han sido objeto de denuncia y estudio por Greenpeace y muchas otras entidades desde hace años.
La mancha blanca, detectada en 2022, ha sido vinculada a un aumento de la alcalinidad y el pH en la laguna, lo que indica un desequilibrio en el ecosistema, en resumen por vertidos continuos al Mar Menor. Este fenómeno es el resultado de la combinación de la contaminación por nutrientes, especialmente nitratos y fosfatos provenientes de la agricultura y ganadería intensiva de la zona. Agravado también por la escasa renovación del agua en esta laguna hipersalina, que se encuentra en un estado crítico debido a décadas de mala gestión.
Están matando el Mar Menor
La eutrofización del Mar Menor ha llevado a un incremento en la producción de fitoplancton, lo que a su vez ha causado la muerte de peces y crustáceos, como se evidenció en episodios de mortandad masiva. Hasta cinco toneladas de estos organismos aparecieron muertos en la orilla en agosto de 2021, lo que refleja la gravedad de la situación. La proliferación de algas y la disminución del oxígeno en el agua son consecuencias directas de la contaminación, que han transformado la laguna en un ecosistema altamente degradado, poniendo en peligro la biodiversidad local.
Urgen medidas inmediatas
La mancha blanca no es un fenómeno aislado, sino parte de un problema más amplio relacionado con la gestión del agua en España. La falta de regulación sobre los vertidos de nitratos y salmuera, así como la presión de las grandes explotaciones agrícolas intensivas e industriales así como la brutal concentración de explotaciones ganaderas han contribuido a la degradación del Mar Menor.
Desde Greenpeace hemos exigido una revisión urgente de las políticas agrícolas e hídricas para frenar este ecocidio, destacando la necesidad de priorizar prácticas sostenibles que protejan el entorno natural.
El informe del Instituto Español de Oceanografía indica que la mancha blanca se ha vuelto una entidad permanente en el Mar Menor, lo que plantea serias preguntas sobre su origen y las condiciones que la han favorecido. La combinación de aguas ricas en bicarbonatos y la actividad biológica en la zona han creado un ambiente propicio para este fenómeno. Los científicos están trabajando para entender mejor la dinámica de la mancha blanca y su relación con la eutrofización, buscando soluciones efectivas para restaurar la salud del ecosistema.
Salvemos el Mar Menor
La situación del Mar Menor es un claro ejemplo de alerta a la sociedad y las autoridades para su conservación. Desde Greenpeace instamos a la ciudadanía a involucrarse en la defensa de este ecosistema, así como a exigir a los responsables políticos que tomen medidas decisivas para su recuperación. La protección del Mar Menor no solo es crucial para la biodiversidad, sino también para la salud de las comunidades que dependen de sus recursos. Sin un compromiso colectivo y políticas efectivas, el futuro de esta laguna emblemática sigue en peligro.
El pasado 10 de agosto el Abrazo al Agua fue un claro ejemplo de la necesaria movilización social e indica el camino a seguir por parte de la ciudadanía para exigir que los responsables políticos actúen para salvar este ecosistema único, para salvar a la mayor laguna salada de Europa.
El Mar Menor necesita más protección y no menos. No se puede permitir ni un paso atrás en su conservación, como la rebaja o incluso eliminación de la Ley del Mar Menor, como están planteando algunos grupos políticos y entidades.
Comentarios
Hay muchos espacios naturales en peligro, sea el mar menor, doñana, picos de europa, pirineos, los cientos de kilómetros de costa de nuestro país, las isla Baleares y las Canarias y muchos otros, pero la gran culpa de todo es la de ese ser maligno llamado "ser humano" y en estas fechas otro peor llamado "turista". Hay quien lucha contra el desastre pero hay muchos más que les da igual. Una pena.