Imagínate que estás en una isla remota de la Antártida, que hace un frío que pela y que llevas tres semanas viviendo en un barco. Ahora añade una cosa más: tu trabajo es contar pingüinos. Para ello puedes utilizar drones y hasta inteligencia artificial, pero no te librarás de contarlos a mano. Apasionante, ¿verdad?

Esto es lo que está viviendo estos días la expedición científica que recorre la Antártida a bordo de nuestro barco, el Arctic Sunrise, para estudiar cómo el cambio climático y otros factores están impactando en las poblaciones de pingüinos en esta zona. Las conclusiones son alarmantes.

El número de pingüinos barbijo en la Antártida ha disminuido en casi un 60% desde la última vez que se hizo un recuento, a principios de los años setenta. En algunos casos las colonias han perdido hasta el 77% de su población. Las personas expertas que han participado en la investigación, procedentes de las universidades de Stony Brook y Northeastern, hablan de un ecosistema «fundamentalmente cambiado» y señalan que toda la evidencia que han recopilado apunta al cambio climático como el principal culpable.

Pero, ¿por qué un mundo con temperaturas más elevadas implica que haya menos pingüinos? Esto se explica fundamentalmente por el factor de la disponibilidad de comida. Al igual que muchos animales antárticos, estos pingüinos viven del kril, que puede ser más difícil de encontrar cuando hay menos hielo invernal. Esta presión sobre los suministros de alimentos, combinada con cambios en la tierra donde anidan y crían a sus polluelos, hace que el cambio climático sea una gran amenaza para los residentes más queridos de la Antártida.

Necesitamos una red de santuarios marinos

Necesitamos urgentemente nuevos santuarios marinos, en la Antártida y en todo el mundo, para que animales como los pingüinos dispongan del espacio para recuperarse y adaptarse a un clima tan rápidamente cambiante y vivir a salvo de las industrias dañinas.

No podemos perder la oportunidad de enmendar los errores de un sistema que ha dejado lugares como la Antártida sin proteger. Y esa oportunidad puede materializarse en unas semanas en Nueva York, con la firma de un Tratado Global de los Océanos que podría proteger una tercera parte de los mares del planeta.

En la actualidad, las negociaciones están estancadas en un punto muerto. Por eso queremos que cada vez más políticos y políticas se posicionen a favor de este Tratado. ¿Y qué puedes hacer tú? Escribe un mensaje a la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, pidiéndole un apoyo sobre el futuro de nuestros océanos.

Envía este tuit a Teresa Ribera

Aunque es un privilegio increíble visitar la Antártida, trabajar aquí puede ser difícil, peligroso y agotador. Pero vale la pena preservar los ecosistemas marinos que sustentan toda la vida en la Tierra. Y gracias a todas las personas que han firmado nuestra petición para proteger los océanos, la tripulación se despierta todos los días sabiendo que hay más de dos millones de personas en todo el mundo apoyando esta misión.