Si ayer os hablábamos de indicadores, causas y propuestas para la pobreza energética en España, hoy ahondamos en una de esas soluciones: la rehabilitación para acabar con el mal aislamiento de nuestros hogares. 

En el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el Gobierno tiene previsto, en los próximos tres años, destinar unos 6.820 millones de euros a la rehabilitación de edificios y viviendas y, aunque este plan contiene bastantes avances respecto a muchos programas de ayuda a la rehabilitación, no plantea un porcentaje de los fondos para la rehabilitación de hogares en situación de vulnerabilidad y esto nos hace temer que las ayudas de rehabilitación no lleguen a la gente que más lo necesita, perpetuando su grave situación. La Alianza por la rehabilitación de viviendas sin dejar a nadie atrás, de la que Greenpeace forma parte, reivindica en su manifiesto un objetivo mínimo de un 20% anual de rehabilitación de viviendas de hogares en situación de vulnerabilidad respecto al total del volumen rehabilitado.

Por otro lado, según datos de Eurostat, España es el quinto país de Europa con  la electricidad más cara, es decir con el precio de la electricidad y la luz más alto por hogar (por detrás de Dinamarca, Alemania, Bélgica e Irlanda), y el cuarto con la proporción más alta de impuestos.

Lamentablemente la pobreza energética sigue siendo una realidad en nuestro país, es creciente cada año, y aunque la energía debería ser un derecho, para miles de personas poder pagar las facturas de la luz o mantener la temperatura de su casa a un nivel confortable sigue siendo un desafío, algo prácticamente imposible. Son familias enteras que tienen que sufrir los días fríos en invierno o las elevadas temperaturas en verano, quienes tienen que renunciar al agua caliente y a otros servicios que esta permite como es estudiar, usar internet, refrescarse, etc.

Entre 3,5 y 8,1 millones de personas se encuentran en situación de pobreza energética en España según los últimos datos de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética . Está claro que algo falla en nuestro sistema y en las medidas tomadas por el Gobierno.

Por esto, además de luchar contra el obsceno precio de la luz, la rehabilitación de viviendas es una de las mejores y más efectivas soluciones para garantizar un hogar digno que reúna las condiciones de habitabilidad, accesibilidad, confort, salud y eficiencia energética. Sin embargo, los planes desarrollados hasta el momento han excluido a las familias en situación de vulnerabilidad debido a que establecen una serie de requisitos y burocracia que suponen graves barreras de acceso para este colectivo.

En este problema confluyen varios aspectos tanto sociales como económicos, ambientales y de política energética pero la rehabilitación de viviendas es una de las soluciones al mismo tiempo que ayuda a mejorar la salud de las personas y a reducir las emisiones de CO2, pues nuestros hogares son resposables de la emisión del 36% de los gases de efecto invernadero y demandan el 40% del consumo de energía (según el IDAE), por lo que es comprensible que la Comisión Europea haya establecido que la rehabilitación sea una de las actividades que antes se tienen que beneficiar de los planes de recuperación, tal y como también se pone de manifiesto en el Plan de Recuperación y Resiliencia diseñado por el Gobierno español.

Según datos de la OMS un 30% de la mortalidad adicional en invierno es debido a las condiciones inadecuadas de las viviendas, un porcentaje que, en el caso de España y en consonancia con otros estudios como el realizado por ACA, puede suponer anualmente la muerte de unas 7.000 personas durante el invierno. Los efectos sobre la salud son muy importantes, no solo por el incremento de la mortalidad, sino también por otros problemas derivados como el estrés, la depresión o el absentismo laboral o escolar. Por tanto, sin una rehabilitación energética de las viviendas, las personas más vulnerables están más expuestas a temperaturas inadecuadas, especialmente durante las olas de frío y calor, lo que repercute indudablemente en la salud y en la tasa de mortalidad.

🔴ACCIÓN🔴
⚡️Estamos con decenas de entidades en lucha contra la #PobrezaEnergética.
📢Desplegamos 20 metros de letras con un mensaje muy claro:

⚫️LA POBREZA ENERGÉTICA MATA⚫️

⚠️Y la sufren 4 de cada 10 personas en España mientras el oligopolio se lucra.#NadieSinEnergía pic.twitter.com/CfL5K5v047

— Greenpeace España (@greenpeace_esp) February 16, 2022

Es evidente que la calidad de vida de los ciudadanos en este país, como en el resto del mundo y especialmente de los grupos más vulnerables, depende en gran medida de la calidad de sus hogares y de las condiciones sociales, económicas y climáticas. Y también es evidente que mientras el cambio climático avanza, una mayor parte de la sociedad española entrará en situación de vulnerabilidad económica, sanitaria y energética, ya que sus hogares necesitarán cada vez más y más energía para mantener unas mínimas condiciones de confort.

No podemos permitir que haya pobreza energética por culpa de hogares poco eficientes, en los que familias enteras pasan frío o calor, en los que los niños no tienen acceso a luz para poder estudiar o leer. La rehabilitación de viviendas es una oportunidad para mejorar la vida de millones de personas pero es necesario que el Plan de Recuperación, Resiliencia y Transformación recoja un programa específico con medidas y fondos destinados a no dejar a nadie atrás.

Meritxell Bennasar, equipo de Energía y Cambio Climático en Greenpeace España.