Los ecosistemas, además de contribuir a mitigar el cambio climático, proporcionan otros muchos servicios ambientales a toda la sociedad. Es por ello que la España vaciada, donde se encuentran la mayoría de ecosistemas, tiene el papel clave de abastecer bienes y servicios ambientales imprescindibles.
Mercado al aire libre en Quel, La Rioja ©Greenpeace/Pedro Armestre
Pero no solo eso, nuestros pueblos también pueden evitar la pérdida de biodiversidad. La diversidad genética es la base de la evolución de las especies y permite a animales y plantas adaptarse a condiciones cambiantes del entorno, como al cambio climático. Además, es el origen de muchos de los bienes que la naturaleza puede aportarnos para una alimentación variada, o como precursores de medicinas o cosméticos.
Por otro lado, la diversidad de especies nos protege. Se ha demostrado que la pérdida de biodiversidad favorece las zoonosis -enfermedades transmitidas por los animales- porque los microbios no encuentran sus hospedadores originales y acaban infectando al ser humano. De hecho, ha sido la pérdida de biodiversidad en parte la causante de la actual pandemia por COVID.
La diversidad de ecosistemas hace al territorio más resiliente frente a perturbaciones externas como los impactos climáticos, ya que hay mayores probabilidades de que algún ecosistema perdure y sea capaz de subsistir a los impactos.
Tal es el valor de la biodiversidad para los servicios de los ecosistemas que proporcionan a la sociedad que se le ha puesto precio. Se ha calculado que el valor de los servicios de los ecosistemas es de entre 16 y 54 trillones de dólares al año.