22-04-2021

La solución de Greenpeace contra el abandono rural

A pesar de que el problema de la despoblación rural viene de hace muchos años, todavía falta una estrategia nacional ambiciosa que integre soluciones efectivas y que tenga en cuenta la crisis climática y de biodiversidad a la que nos enfrentamos.

El apoyo institucional en nuestro medio rural brilla por su ausencia. Esto se traduce en recortes de derechos fundamentales en aspectos como la sanidad, educación, infraestructuras, transporte, etc.

Hay que garantizar calidad de vida y los servicios esenciales para que la población rural pueda ejercer el papel clave de protección de los ecosistemas. Por eso es fundamental que el debate del reto demográfico tiene que incorporar lo ambiental. Estas son algunas de nuestras propuestas:

#1

Una política estatal por el desarrollo rural que integre la crisis ecológica como eje vertebrador de la misma.

#2

Fomentar la puesta en marcha de proyectos e iniciativas sostenibles que surjan de la población local para asegurar el arraigo al territorio a la vez que la conservación del patrimonio ambiental y cultural.

#3

Reenfoque de políticas europeas (como la PAC) hacia la protección de la biodiversidad, en línea con el Pacto Verde Europeo.

#4

Incorporar más medidas dirigidas a la conservación de los ecosistemas en todas las políticas que afecten al medio rural en cualquier aspecto.

#5

Implantar medidas específicas para fijar población en el territorio: servicios públicos básicos, reducir la brecha digital, mejorar la movilidad, facilitar el acceso a la vivienda, fomentar el acceso a la cultura, garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, etc.

#6

Que el desarrollo rural se centre en una transición ecológica justa socialmente, que permita el acceso igualitario a los bienes y servicios ambientales y sociales, y que no comprometa el medioambiente.

#7

Fomentar el consumo de productos locales, ecológicos y de temporada para favorecer la producción sostenible.

Conservar los ecosistemas naturales de nuestros pueblos es imprescindible para solventar la crisis ecológica, tanto para frenar la pérdida de biodiversidad como en la lucha contra la emergencia climática. No podemos salvar el clima sin salvar la biodiversidad.