Agricultura y ganadería intensiva contaminan la cuenca del Ebro

Impacto de la ganadería intensiva

El 35% de las masas subterráneas de la cuenca del Ebro presentan ya impacto de contaminación debido a la carga ganadera. Los documentos del plan de tercer ciclo destacan que «el sector ganadero en la cuenca del Ebro tiene una gran importancia. El número total de unidades de ganado mayor (UGM) -porcino, bovino, caprino y ovino- ha aumentado un 19% desde el año 2009, alcanzando 2.194.586 UGM en 2018″. La principal causa del incremento está en las cabezas de porcino (+37%) y más atenuado del bovino (+21%)». El consumo de agua no es la principal problemática en este caso, no alcanzando ni el 1% de la demanda de todas las tipologías de agua, sino su capacidad de contaminar por «el efecto de la producción y gestión de los purines».

La peculiaridad de la cuenca del Ebro es que la proliferación de macrogranjas y los purines asociados (especialmente en Aragón, que supone el 49,2% de la superficie de la cuenca) se ha intensificado en la última década, cuando se debían haber acelerado las medidas de mejora medioambiental de las aguas subterráneas para cumplir con Europa. Algunos de los grupos que figuran en las listas de megaproductores mundiales de cerdo, como la catalana Vall Companys o la aragonesa Piensos Costa entre otro nutrido grupo de integradoras, han redoblado en ese periodo su apuesta por la región.

Eligieron Aragón para potenciar su crecimiento internacional en el mercado asiático, instalaron sus fábricas de piensos y mataderos e iniciaron la integración de cientos de macrogranjas lo más cerca posible de esas instalaciones. En el modelo de integración, el ganadero pone la instalación, la mano de obra y la gestión de los purines pero todo lo demás, incluidos los animales, los aporta la integradora. El negocio de la carne barata depende de la minimización de costes, especialmente de transporte, lo que concentra el impacto en los acuíferos.

Aluvial de Cinca,

Urgell y del bajo Segre

Estas masas tienen un

nivel de nitrógeno entre

193 y 251 kg/ha/año

Aluvial de Cinca,

Urgell y del bajo Segre

Estas masas tienen un

nivel de nitrógeno entre

193 y 251 kg/ha/año

Aragón superó a Cataluña en número de cabezas de cerdo en 2017 y mantiene la apuesta por el crecimiento del sector. Aragón y Cataluña son las dos primeras autonomías en ganado porcino del país y tienen un importante protagonismo en que España se haya situado en cabeza en la producción de carne de cerdo en Europa, tercera a nivel mundial. Entre ambas ocupan más de la mitad de la superficie de la cuenca del Ebro. Pero el cerdo no es el único ganado que ha proliferado en la cuenca y con ello los excrementos, que suelen aportarse como fertilizante a suelos agrícolas pero que se convierten en un gasto inasumible si se trasladan a más de 5 kilómetros de la granja, lo que lleva a acumular en el mismo terreno más nitratos de los permitidos por la ley.

Cabezas de animales situadas sobre las masas subterráneas

La ley pone límite a la cantidad de kilos de nitratos procedentes de los purines que pueden extenderse como fertilizante por hectárea y año, siendo de 210 kg la norma general y de 170 en caso de situarse sobre zonas que hayan sido declaradas como vulnerables a la contaminación por nitratos.

Impacto de la agricultura

Hay 59 masas (el 56% del total de la cuenca) con presiones significativas de contaminación difusa debido a la agricultura. En 40 de ellas la superficie dedicada a suelo agrícola supera el 50%, con muchas de las masas por encima del 70%. Hay 10 masas en las que la superficie destinada a regadío, mucho más intensivo en el uso de abonos, supera el 50% de la superficie total de la masa.

A pesar del grado de contaminación por nitratos, las CCAA con presencia en la demarcación del Ebro se acogen a la disponibilidad de recurso para sumarse a las autonomías que han pedido decenas de miles de hectáreas para nuevos regadíos en el Tercer Ciclo.

El sector agrario, incluida agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, reconoce la memoria del Tercer Ciclo de la cuenca del Ebro, es el de menor peso de VAB (Valor Añadido Bruto) de la demarcación, un 5,3% de la economía.

Plaguicidas

18 masas de aguas subterráneas del Ebro se encuentran contaminadas por pesticidas y plaguicidas. Entre los detectados por encima del nivel admitido se encuentra el glifosato, un herbicida que ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud como «probablemente cancerígeno para los seres humanos».

No es el único. Más de una docena se encuentran de manera significativa, como el MCPA (ácido 2-metil-4-clorofenoxiacético), el ácido aminometilfosfónico (AMPA) o la desetilatrazina. Estos pesticidas y plaguicidas también se han localizado en el pasado en las aguas de abastecimiento humano.

En la masa Aluvial de Urgell, en la provincia de Lleida, se han encontrado hasta ocho plaguicidas diferentes con un riesgo alto de contaminación. Esta masa de agua también se encuentra fuertemente contaminada por nitratos.

Impacto por extracciones

El grado de sobreexplotación en la cuenca del Ebro es uno de los ejemplos del efecto que ha tenido en las declaraciones sobre el estado de los acuíferos la guía elaborada por el Miteco en otoño de 2020 y los test cruzados. De una sola masa en mal estado cuantitativo en el Plan Hidrológico de 2016 se pasa a 6 masas en mal estado, tres de ellas además con consecuencias en ecosistemas terrestres (Pliocuaternario de Alfamén, Mioceno de Alfamén y Huerva-Perejiles).

Los documentos del plan reconocen en total 18 masas con impacto por extracciones, es decir, aquellas a las que esa presión ha colocado en riesgo (ya sea comprobado o probable) de no alcanzar el buen estado en 2027.

El Ebro, que va tarde en el reconocimiento de este problema, plantea ahora medidas que se plantearon hace tiempo en otras cuencas como el uso de la teledetección para saber el consumo real de agua subterránea, la instalación de caudalímetros o declarar en mal estado oficialmente la masa, lo que conlleva establecer una comunidad de usuarios y aprobar un plan de extracciones que se ajuste al agua disponible. La Confederación acoge a prórroga posterior a 2027 a todas las masas en mal estado cuantitativo.

Objetivos poco rigurosos

La causa esgrimida por la Confederación Hidrográfica del Ebro para acogerse a las exenciones de cumplimiento de los objetivos medioambientales de las masas de agua subterránea no dejan mucho espacio a la confianza en los objetivos prorrogados puesto que precisarían de un cambio completo en la estructura socioeconómica que de momento no hace sino fomentarse.

En concreto, en las masas que incumplen utiliza repetidamente argumentos como que «no es posible una recuperación más rápida del acuífero sin afectar significativamente a los usuarios actuales (sector agrario y ganadero de la zona). No hay medios alternativos que puedan sustituir en la zona al sector primario, en términos de riqueza generada, empleo generado y efecto arrastre sobre el sector agroindustrial. El sector agrario es el mayor sector económico y de generación de empleo de la zona y en muchos casos prácticamente el único significativo».

Fotografía de portada: Macrogranja de porcino de reciente construcción en Tauste (Aragón). / DATADISTA