09-09-2022

Necesitamos menos coches en la ciudad

En la Semana Europea de la Movilidad los ayuntamientos y las organizaciones sociales recuerdan los efectos que supone abusar del coche: más contaminación, más siniestralidad y menos espacio para las personas. Nadie duda de que una calle con poco tráfico es más agradable, sana y segura que una atestada de coches, ¿verdad? Por eso la mayoría de ciudades europeas están limitando el espacio que acaparan los coches, al mismo tiempo que facilitan formas de moverse más eficientes y económicas.

Exigimos a nuestros gobiernos que garanticen algo tan básico como respirar un aire limpio que no dañe nuestra salud. Y para lograrlo, debemos actuar sobre las principales fuentes de contaminación, procedentes del sector transporte y, más concretamente, del automóvil.

En Barcelona, el

60%
de las emisiones de NO₂

procede del tráfico rodado.

En Madrid, el

47%
de las emisiones de NO₂

procedendel tráfico rodado.

Proteger la salud ya debería ser un motivo suficiente para reducir el tráfico. Pero no el único. Hay quien sostiene que la contaminación se soluciona cambiando todos los coches por modelos eléctricos. Pero incluso con un parque 100 % eléctrico hay problemas como la congestión, la falta de aparcamiento, el «efecto barrera» de las avenidas o los accidentes de tráfico que seguirán. Y el despliegue de un parque eléctrico plantea nuevos retos, como la dotación de puntos de recarga o la fabricación y gestión de las baterías.

Necesitamos coches más limpios pero, sobre todo, necesitamos menos coches

Porque aunque no lo parezca, ¡la mayoría de los desplazamientos urbanos no son en coche! Nuestras ciudades son en las que más se camina de Europa. En muchas ellas la bicicleta es ya una opción consolidada y el uso del transporte público está creciendo de nuevo. Y para cuando el coche resulte imprescindible, hay soluciones compartidas como las cooperativas que nos permiten tener un coche solo cuando lo necesitemos.

Aunque estas tendencias nos animen a ser optimistas, debemos transformar nuestro sistema de transporte para frenar a tiempo la crisis climática y cumplir el Acuerdo de París. Y sabemos bien cuál es la hoja de ruta para lograrlo: será más limpio, con más opciones para moverse y accesible y asequible a toda la población, sin dejar a nadie atrás.

Con estos objetivos, desde Greenpeace estamos trabajando con las principales ciudades españolas para que reduzcan el tráfico en sus calles. Entre ellas, la elaboración de Planes de Movilidad Urbana (PMUS) y la implantación de Zonas de Bajas Emisiones son medidas fundamentales para liberar nuestras calles de automóviles y conseguir ciudades donde vivir mejor.

coches , contaminación del aire , movilidad sostenible , zona de bajas emisiones