Hoy, a primera hora de la mañana y contra viento y lluvia; varios activistas de Greenpeace hemos entrado en el Parque Europa de Torrejón de Ardoz (Madrid) y desplegado una pancarta en la imitación de la Torre Eiffel de París en la que se lee “El cumplimiento del Acuerdo de París es tan falso como esta torre”. 

©Greenpeace/Pedro Armestre

Los escaladores han subido la torre, que mide 30 metros de alto, para que el mensaje llegue a los líderes mundiales que se reúnen mañana por videoconferencia, dentro del marco del quinto aniversario del Acuerdo de París, para presentar nuevos y más ambiciosos objetivos climáticos.

Cinco años han pasado desde el momento histórico en el que 195 países adoptaron un acuerdo mediante el cual se comprometían a establecer medidas reales y efectivas para evitar que el calentamiento de la Tierra superara el 1.5ºC. Un hito sin precedentes que debía proteger a la ciudadanía y al planeta de llegar a un punto de no retorno.

Desgraciadamente, el 12 de diciembre, no hay efeméride que celebrar. La emergencia climática continúa. Los cinco años de medidas reales y efectivas se han desvanecido sin ningún compromiso climático especialmente relevante. Los gobiernos traen con una mano la retórica para salvar el clima, con la otra siguen vertiendo dinero en los combustibles fósiles, y la gente y la naturaleza se quedan a pagar la cuenta. Y todo, porque ningún Gobierno ha tenido todavía el valor de hacer lo que se le presupone: proteger a sus ciudadanos y ciudadanas de los peores impactos del cambio climático.

©Greenpeace/Pedro Armestre

Por esta razón, junto con Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón iniciamos el primer litigio climático de la historia de España con el que exigimos medidas fuertes y valientes que nos garanticen una lucha real contra el cambio climático. No podemos seguir invirtiendo en empresas que agudizan la emergencia climática ni podemos seguir dejando que se hagan trampas al clima. La inversión debe ser para las energías renovables, los empleos verdes y nuestro futuro. Las empresas deben someterse a procesos de regulación, control y acceder a las ayudas bajo condiciones climáticas. El Acuerdo de París debe cumplirse, no puede ser falso.

Para ello, es necesario que la Unión Europea asuma una mayor responsabilidad en el liderazgo climático ya que es una de las las mayores economías del mundo con poder para contribuir a frenar el  cambio climático. El gobierno de España por su parte, también debe revisar sus objetivos climáticos y alinearlos con las recomendaciones científicas y acortar la brecha que separa los compromisos nacionales de los europeos. Debe reducir las emisiones de al menos el 55% en 2030 respecto a 1990 y alcanzar el cero neto en 2040.

Mientras se sigan desperdiciando miles de millones de euros en los combustibles fósiles y en otras industrias contaminantes seguimos alejando al país de la transición ecológica y justa que se necesita. 

Debemos dejar las falsedades, actuar con medidas eficaces. Toca ser valientes, no tenemos el lujo de otros cinco años en falso. El cumplimiento del Acuerdo de París no es solo una obligación moral y ética, sino de supervivencia.

Nos va la vida en ello.

¡Súmate! Exijamos justicia ante la emergencia climática