Hoy comienza la Cumbre Internacional de Biodiversidad, la más importante en más de una década. Liderada por China, la COP15 se celebra este año en Montreal (Canadá) por la situación sanitaria actual del país asiático, que sigue una política de Covid cero. Una pandemia que ha impedido, paradójicamente, que se celebrase de forma presencial los últimos 2 años. Y digo paradójicamente porque se trata precisamente de una pandemia causada por esta crisis originada por la relación entre la deforestación y el acercamiento de patógenos a seres humanos transmitiendo enfermedades.Un claro ejemplo de que dependemos de la protección de la biodiversidad.

Pero a pesar de su importancia, es una cumbre que no está abriendo telediarios. Y es importante que se perciba nuestra atención. La pasada COP27 de clima, tenía atención y el resultado ha sido aún así insuficiente, con la aprobación de un fondo para pérdidas y daños frente al abandono progresivo de combustibles fósiles, causantes de la crisis. Ahora llega esta COP sin esa atención ¿Qué podemos esperar? Es momento histórico para alcanzar ese acuerdo global de biodiversidad tan urgente y vital para proteger la naturaleza (incluidas las personas).

Ayer, el secretario general de la ONU, Guterres, en el discurso de apertura pidió una acción urgente expresando que la humanidad se ha convertido en un «arma de extinción masiva» de la naturaleza, tratándola como un inodoro. Y es que en los días preliminares ya ha habido negociaciones técnicas muy preocupantes.

Ese mismo día realizamos distintas actividades en distintos países: Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Alemania, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Rumanía y Ucrania. Desde gigantescos animales iluminados, proyecciones y animaciones láser, actuación de una orquesta clásica, la demostración de la desaparición de los valiosos bosques de los Cárpatos, etc., junto con activistas digitales en las redes para pedir que los gobiernos europeos lideren un nuevo acuerdo global para la protección de la naturaleza para proteger la biodiversidad a nivel global y en Europa.

Tras las primeras negociaciones de esta mañana, Greenpeace muestra preocupación porque la UE, lejos de lo que se esperaba, está intentando debilitar el objetivo “30×30” de proteger al menos el 30 % de los océanos y la superficie terrestre para 2030. Con estos intentos de Europa y de varios países se corre el riesgo de socavar este objetivo, fundamental para proteger la biodiversidad, incluso antes de que se haya acordado. Si la UE lo diluye con éxito allanará el camino para que las áreas protegidas por debajo del 30×30 se conviertan en áreas protegidas en el papel, pero no en la realidad. Y es que la UE está presionando por un lenguaje que se centre en la «eficacia de la gestión» en las nuevas áreas protegidas. Esto significa que, según el objetivo 30×30, el impacto de las actividades extractivas se evaluaría en un área protegida, a diferencia de proteger el área de estas actividades destructivas.

Desliza para descubrir las diferentes acciones en la galería:

Allí están An, Li Shuo, Irene, Anna, Ursula, Jannes… compañeras y compañeros de distintos países que están en Montreal como delegación de Greenpeace para señalar la necesidad urgente de objetivos de protección sólidos y marcos de implementación que pongan en el centro los derechos de las comunidades indígenas y locales ya que han demostrado que ofrecen la mejor garantía contra la pérdida y el deterioro de la biodiversidad y los ecosistemas. Esta COP debe sentar las bases para el Tratado de los Océanos (que se concluirá en febrero de 2023) para generar un marco de gobernanza y proteger al menos el 30 % de nuestros océanos para 2030. El mismo objetivo para la superficie terrestre que deberá adoptarse por parte de los gobiernos nacionales y regionales. Para eso son necesarios compromisos sólidos de implementación y recursos financieros.

¡Toda nuestra atención en Montreal! ¡Todos nuestros ojos ahí!

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