Día de la Alimentación: boom de porcino, boom de emisiones
Más carne, más emisiones. Así de sencillo y grave. Más carne, más animales sacrificados. Así de duro. La ganadería industrial obedece a un único principio: producir mucho, rápido y al más bajo coste. No importan las consecuencias ambientales, sociales o de bienestar animal.
Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y un buen momento para reflexionar sobre el modelo productivo que está detrás del filete que ponemos en nuestro plato. Si viene de la ganadería industrial, más que un filete es una bomba de destrucción masiva y su onda expansiva llega a los cuatro rincones del planeta: cambio climático, deforestación, colapso de la biodiversidad, uso y contaminación del agua, degradación del suelo… No es la única responsable de la crisis ecológica en la que estamos inmersos, pero cada vez tiene más responsabilidad en ella.
Desde Greenpeace hemos querido profundizar en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera la industria ganadera en España. Las cifras que da el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico no están mal, pero sólo hacen referencia a las emisiones directas, aquellas que se producen en la explotación generadas por los animales o sus excrementos. Por ello, hemos querido calcular el dato de emisiones totales con los datos de la FAO.
Con estos datos en la mano o, mejor dicho, en la hoja de cálculo, vi que en menos de dos décadas (2000-2018, últimos datos disponibles) las emisiones del sector ganadero en España se incrementaron un 27%, y de forma más acentuada desde el 2010. En el mismo periodo, en el sector de producción de carne de aves fue donde más se incrementaron las emisiones, un 64%, mientras que en el sector porcino se incrementaron un 56%, en la producción de huevos un 27%, en los lácteos un 17% y en la carne de vacuno un 3%. El único sector donde se redujo la producción y, por ende, las emisiones, fue el de la carne de caprino y ovino (-48%).
Por otro lado, el reparto de las emisiones del sector deja patente la máxima responsabilidad del sector porcino, ya que es responsable de un 46% de las emisiones totales del sector ganadero. El boom del porcino industrial está provocando un boom en las emisiones del sector ganadero español. La producción de carne de vacuno es responsable del 20%, la producción de lácteos del 16%, la de carne de aves de un 11%, la de carne de caprino y ovino de un 4% y la producción de huevos de un 3%. Estos datos confirman el abandono continuado de una ganadería extensiva arraigada al territorio, como lo es la de caprino y ovino, y una apuesta por la ganadería industrial, en particular de porcino y aves de corral.
Los datos a mí me han abrumado y confirman que apostar por la ganadería industrial es un verdadero ecocidio. Sin embargo, parece que no existe suficiente valentía en nuestros responsables políticos para afrontar de frente este problema. El sector agrícola y, en particular, el ganadero, es el gran olvidado en todas las políticas climáticas, pese a las advertencias de la comunidad científica de que sólo saldremos de esta emergencia si reducimos emisiones en todos los sectores de forma urgente y contundente.
Y por parte de la ciudadanía urge adoptar una dieta sana que ayude a solucionar la grave crisis ecológica que asola el planeta. Esta dieta se asienta en tres ejes:
- Contener de forma predominante alimentos de origen vegetal. De forma opcional, ocasional y muy modesta pueden incluirse alimentos de origen animal.
- Los alimentos deben provenir de una producción local y ecológica.
- Evitar el desperdicio alimentario.
En una crisis ecológica como la actual debemos ser capaces de alimentarnos sin seguir destruyendo el planeta. Es más importante y urgente que nunca que la carne, lácteos y huevos provenientes de la ganadería industrial desaparezcan de nuestra cesta de la compra y del campo.
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