Si te gusta el fútbol, vibrar con el ambiente del estadio, emocionarte en los últimos minutos de un encuentro muy ajustado y, sobre todo, que tu equipo gane, hoy tenemos algo que contarte. Porque en Greenpeace queremos que los clubes de fútbol nos ayuden a ganar el partido más importante: la lucha contra el cambio climático.

No son pocos los equipos de fútbol en España que utilizan el avión para desplazamientos de menos de 300 kilómetros. Esta temporada ya hemos visto cómo el Real Madrid viajaba en avión hasta Valladolid (a una hora en AVE desde la capital) o cómo el Barça se desplazaba por este medio hasta Valencia (2 horas en Euromed). Son viajes sin sentido que producen muchas emisiones y que se podrían sustituir por una alternativa mucho menos contaminante como es el tren.

Un viaje en avión emite hasta 20 veces más de CO2 que el equivalente en tren eléctrico, cifra que se incrementa cuando se trata de vuelos ‘chárter’ por su menor ocupación. Los vuelos cortos son especialmente dañinos para el clima, ya que la mayor parte de las emisiones se producen durante las operaciones de despegue y aterrizaje.

Es urgente abordar la emergencia climática desde todos los ámbitos, también desde el deporte. Por ello, nos hemos reunido con LaLiga para pedirles una política de movilidad sostenible que incluya una reducción de los vuelos peninsulares, siempre que exista una alternativa en tren entre el origen y el destino y la diferencia de tiempo de viaje entre avión y tren sea inferior a tres horas.

Pero también contamos contigo, aficionado o aficionada a este deporte, para que exijas a tu equipo que den el máximo, también contra la crisis climática. Hemos creado una liga paralela, “La CO2PA”, en la que reflejaremos el compromiso de los equipos a la hora de desplazarse, premiando aquellos que utilicen el tren o el autobús, y penalizando más a quienes se suban al avión cuando no sea imprescindible.

Así que utiliza las redes sociales o cualquier forma que tengas de hacer oír tu voz.

Pídele a tu equipo que evite los vuelos cortos.

Juntas por una liga sin emisiones de CO2.