fueron consecuencia de la quema del carbón
“Hay que seguir luchando, si no nos queremos morir o si no queremos que nos maten. Y para dejar un futuro para nuestros hijos y que sea una alternativa al carbón y a las térmicas”
Mientras las grandes eléctricas, con el apoyo de los gobiernos, obtienen beneficios de miles de millones de euros, el medio ambiente y las personas sufren las consecuencias de un sistema energético contaminante, ineficiente y costoso. Un sistema que destruye hogares y hábitats con minerías agresivas y quema de carbón, causando cicatrices permanentes en las comunidades y el medio ambiente.
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El carbón deja un oscuro rastro tras de sí. Su quema genera emisiones de CO2 (convirtiéndolo en el principal causante del cambio climático) y la minería subterránea, gas metano (un potente gas de efecto invernadero). Su contaminación se filtra en el agua, la tierra, a través de grietas y hendiduras, aumentando el riesgo de asma, enfermedades cardíacas y cáncer, y causando la muerte prematura de miles de personas cada año. Por ello, si no se acomete su abandono definitivo, su coste será cada vez mayor, y no solo en términos económicos.
Greenpeace ha hecho una recopilación de estos impactos. Además, junto con un equipo de periodistas y documentalistas, ha recorrido varios puntos de la geografía carbonera española para documentar las consecuencias de su quema y extracción. Como resultado de este viaje, ha recolectado una serie de desgarradores testimonios, recopilados en el documental ‘El lado oscuro del carbón’ y en este documento, para poner el foco en quienes han sufrido y sufren cada día las consecuencias de convivir con un combustible fósil que envenena el planeta y sus habitantes.
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Médicos, exmineros, activistas y asociaciones vecinales de zonas con centrales térmicas de carbón y zonas de extracción relatan todo lo que esconde el carbón: destrucción del entorno, contaminación, problemas sociales, enfermedades… Estas voces, casi siempre ignoradas y silenciadas, son las protagonistas de una lucha llena de dificultades pero también de esperanza. Los testimonios de Asturias, León, Almería y Teruel sirven de ejemplo de un problema que no solo ocurre ahí, sino que se repite en cualquier lado donde hay carbón.
Ahora es un momento decisivo, tanto a nivel nacional como internacional, para dejar atrás el carbón y sus consecuencias. Numerosos países ya están tomando medidas y comenzando un camino en el que el carbón no tiene futuro. Los próximos meses y años serán fundamentales para el necesario abandono del carbón en una transición sostenible y justa para las personas afectadas.
Las falsas soluciones publicitadas por la industria, como el carbón “limpio” o la captura y almacenamiento de carbono, han demostrado su ineficacia. Sin embargo, la aparición de energía solar y eólica verdaderamente limpia y barata es una realidad, como lo es el declive o abandono del carbón en algunos lugares como Reino Unido o Canadá o inspiradores ejemplos como Loos-en-Gohelle (Francia) y otras iniciativas de transformación alrededor del mundo (entre ellos en España). La pregunta es: ¿seremos lo suficientemente rápidos?