03-07-2019

(Pen)últimas cifras de la crisis climática

Constantemente se conocen nuevos estudios y evidencias sobre el cambio climático. En este apartado pondremos el foco en ellas, completándolas con la opinión de expertos de diferentes ámbitos. Sin embargo, la velocidad que se suceden estas evidencias hacen seguro que cuando leas esto ya habrán salido nuevas, por eso son los (pen)últimos datos.

Mundiales
Kuwait y la Antártida han alcanzado
63 ºC y 20 ºC
respectivamente. Temperaturas más altas nunca registradas en esas zonas.
Hace
3 millones de años
que no había una concentración tan alta de CO2.
La temperatura media global ya está
1'1 ºC
por encima de la era preindustrial.
En los últimos
13 años
el Ártico ha alcanzado sus 13 extensiones mínimas de hielo marino.
Junio y septiembre de 2019 y enero de 2020 han sido los más cálidos desde
1880
Año en que comienzan los registros.
Los últimos
4 años
han sido los más cálidos registrados en la historia de la humanidad.

El cambio climático debería ocupar el primer puesto entre los graves problemas que afectan a toda la humanidad y a todo el planeta, por sus efectos medioambientales y sociales, e incluso económicos. Y aunque hay varias causas derivadas de la actividad humana, la principal es el uso de combustibles fósiles para la generación de la energía. Nadie puede negar que se está calentando el planeta. No es una cuestión de creencias, son datos empíricos que lo demuestran. Los últimos cuatro años han sido los más cálidos registrados en la historia de la humanidad y se prevé que esto sea solo el principio. La tendencia es a que en los próxmos años se alcancen nuevos récords de temperaturas, según recoge un informe de Naciones Unidas.

👉 Desastres naturales. Los climas extremos provocan y agravan incendios forestales como los ocurridos en California y Grecia, sequías en Sudáfrica o inundaciones en Kerala, India.

👉 Deshielo. El aumento de las temperaturas tiene una incidencia directa sobre el hielo de las regiones polares y montañosas.

👉 Nivel del mar. El nivel del mar podría crecer por encima de los dos metros de altura antes de que termine el siglo XXI. Unos 187 millones de personas que se verían obligadas a desplazarse hacia el interior.

👉 Agricultura. La agricultura mundial se enfrenta a cambios irreversibles. Habrá una variación significativa en el rendimiento de los principales cultivos del mundo: palma aceitera, soja, maíz, arroz, trigo, maíz o patata. Y aunque el aumento del calor puede beneficiar a ciertos territorios para alargar o mejorar su cultivos, en otros puede provocar más plagas, sequías e inundaciones, por lo que el estudio muestra que los impactos del cambio climático en la producción mundial de alimentos serán muy desiguales dependiendo de la zona geográfica.

👉 Migraciones. El cambio climático agrava y aumenta los periodos de sequías, las precipitaciones, las inundaciones… Y al impactar en zonas pobres se traduce en la pérdida de la forma de vida de miles o millones de personas. El cambio climático destruye cosechas, mata rebaños o hace invivibles áreas enteras. En 2018 se registraron 17 millones de nuevos desplazamientos relacionados con desastres naturales y con los efectos del cambio climático, y se preve que estas causas expulsarán de sus hogares a 140 millones de personas en los próximos 30 años.

👉 Coste económico. Económicamente, algunos estudios cifran el coste de las emisiones a la salud global, a la agricultura y la economía mundial durante los próximos años entre los 35 euros y los 45 euros por tonelada de CO2. Otros suben la cifra hasta 350 euros o más.

👉 Mortalidad. 9,1 millones de personas más morirán cada año hasta el 2100 si no se logra controlar el cambio climático (teniendo en cuenta una población mundial de 12.700 millones de personas).

👉 Desigualdad. El cambio climático no afecta por igual en todos los países y áreas geográficas. Los progresivos cambios de temperatura en el planeta han agravado la desigualdad económica a nivel mundial desde los años sesenta: han enriquecido a países fríos como Noruega y Suecia, al tiempo que frenan el crecimiento económico en países cálidos como India y Nigeria. El calentamiento global ha disminuido la riqueza por persona en los países más pobres del mundo en un 17 a un 30%.

👉 Empresas. Las 215 mayores empresas del mundo prevén que el cambio climático impacte de forma negativa en su negocio cerca de 900.000 millones de euros en el transcurso de los próximos cinco años.


En estos años hemos superado el umbral. El deshielo del Ártico ya es una realidad y el fenómeno se está produciendo cada vez de manera más acelerada. Hay una razón muy clara: el proceso es exponencial, y los seres humanos piensan que el calentamiento global es lineal, por eso al principio no se notaba tanto y nadie le prestaba la atención debida.Desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 hasta el Acuerdo de París en 2015 ha pasado una generación entera, y lo que se ha conseguido es un mínimo de mínimos, más de 25 años llenos de discusiones y la resistencia de los sistemas económicos y energéticos. Así que ante la pregunta de qué es lo que tenemos que hacer, la respuesta es evidente: descarbonizar la economía.Vivimos en un solo planeta, que es nuestro sistema energético, es una máquina de energía, recibe radiaciones y emite radiaciones, y ahora somos como una olla: si la calentamos un poco solo se ven pequeñas burbujas, pero si aumentamos la temperatura al final termina hirviendo. Eso es lo que estamos haciendo con el planeta. Y si llegamos a ese punto será demasiado tarde, afectará a todos los ámbitos de nuestra vida, a la salud, a las infraestructuras, a la biodiversidad…

— José María Baldasano, Catedrático de Tecnología del Medio Ambiente de la Universidad Politécnica Cataluña

En España
En el último siglo, más del
80%
de los glaciares del Pirineo han desaparecido.
Si sigue aumentando la temperatura del planeta, en el año
2090
la mitad de la península Ibérica podría ser como el Sáhara.
En España, los veranos duran ahora
5 semanas
más que a principiso de los años ochenta.

¿Y en España? ¿Se están produciendo cambios evidentes en la biodiversidad y en la población? La respuesta es inequívocamente sí. Junto a datos anteriores que son necesarios recordar como que más del 80% de los glaciares han desaparecido en España en el último siglo en el Pirineo; que el 75% del territorio español está en riesgo de convertirse en un desierto; el aumento de las especies invasoras; la transformación de los incendios, cada vez más intensos y difíciles de controlar… Hay también nuevas evidencias y advertencias.

👉 Desertización. La desertización es considerable en varias zonas del país. El 20% de la Península ya se puede considerar desierto, y el 75% del territorio español está en riesgo de desertización. Las regiones más afectadas son el valle del Ebro, el sureste de la Península (Almería, Murcia y Jaén) y Castilla-La Mancha.

👉 Mar. El mar está también cada vez más caliente y desde 1993 el nivel del mar ha subido 3,4 milímetros. Esto está ocurriendo especialmente en el mar Mediterráneo, punto caliente en materia de cambio climático: entre 1982 y 2016 su temperatura ha aumentado 1,27 grados, superando los dos grados en algunas zonas.

👉 Temperaturas. El verano dura ahora de media en nuestro país casi cinco semanas más que a principios de los ochenta. Y, además, es más caluroso. Las estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología han registrado un aumento constante de la temperatura media en la superficie terrestre desde entonces. Pero no solo aumentan en frecuencia sino también en intensidad las épocas de calor. En febrero de 2019 batimos 18 récords locales de temperaturas máximas. Junio ha sido el mes más caluroso jamás registrado, y en la ola de calor sufrida en España a finales de ese mes hemos pulverizado récords de máximas mensuales en 33 observatorios de la red principal según la AEMET

👉 Sequía. La precipitación media en España en el mes de febrero de 2019 ha resultado ha supuesto algo menos de un tercio de lo normal.

Desgraciadamente, creo que la sociedad en general no es consciente del riesgo real del cambio climático. Cada vez hay más información, pero el ritmo al que se empiezan a tomar medidas para mitigar las emisiones y adaptarse a los cambios producidos por alteraciones del clima es mucho más lento que la velocidad a la que ocurren estos cambios y sus consecuencias.

Creo que los jóvenes están mucho más concienciados que los adultos, y por eso pienso que serán ellos los que lleven a cabo en pocos años la verdadera revolución ambiental. No sería ético dejar un mundo inhabitable a las generaciones futuras. Tenemos que ser conscientes de que van a vivir en un planeta muy distinto del que hemos vivido nosotros, con un clima más extremo (tormentas, sequías, huracanes más frecuentes, olas de calor…), que afectará a los recursos, los ecosistemas, la biodiversidad, etc., con grandes efectos sobre la economía global. Pero, dependiendo de las medidas que tomemos los próximos años, los impactos serán o no asumibles para poder llevar a cabo un desarrollo sostenible global.

—  Javier Arístegui, Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas


Fuente: Centers for Disease Control and Prevention’s Public Health Image Library

Salud
Hasta en un
25%
podrían reducirse los cultivos básicos en la región mediterránea.
En el año
2004
se registró el primer mosquito tigre en nuestro país.
En España ya ha habido
6
casos de dengue autóctono.

El informe Climate Change and Health, realizado por expertos de 27 academias nacionales de ciencia ha advertido del daño generalizado que ya está causando el calentamiento global en la salud y los impactos cada vez más graves que se esperan en el futuro.

No solo son las víctimas directas de las intensas olas de calor, de las inundaciones o de las olas de frío, que aumentarán a medida que se generalizan los episodios de climas extremos, también hay graves efectos indirectos, desde la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos hasta el empeoramiento de la salud mental. “Los efectos sobre la salud mental incluyen el trastorno de estrés postraumático, la ansiedad, el abuso de sustancias y la depresión”, señala el informe.

En los países mediterráneos la situación pinta aún peor. Los científicos también están preocupados por el efecto del clima extremo en la producción de alimentos, con estudios que muestran un recorte del 5-25% en los rendimientos de los cultivos básicos en la región mediterránea en las próximas décadas. El informe anticipa la propagación de enfermedades infecciosas en Europa a medida que aumentanlas temperaturas y la variedad de mosquitos que transmiten el dengue y las garrapatas que causan la enfermedad de Lyme.

Y ya está ocurriendo. Es el caso del mosquito tigre que ya está afincado en nuestro país. El Aedes albopictus fue identificado por primera vez en España en 2004 en San Cugat del Vallés y, desde entonces, se ha ido expandiendo por toda la costa mediterránea y muchas zonas del interior peninsular. Este insecto es preocupante porque es el vector que transmite virus tan peligrosos como los que producen la enfermedad del dengue, el zika o el chikunguña. Hasta el mes de junio de 2019 se habían registrado seis casos de dengue autóctono, es decir, que se hayan transmitido en personas que no han viajado a una zona donde la enfermedad sea endémica. Pero ya hay chikunguña autóctona en España.

Tres turistas islandeses que pasaron unos días de vacaciones en la provincia de Alicante a finales de mayo fueron diagnosticados de la fiebre de chikungunya en un hospital de Reikiavik. Esto significa que España va a enfrentarse a partir de ahora a enfermedades tropicales, y a insectos como el mosquito tigre que es el responsable de 750.000 muertes al año en todo el mundo.


La mejor manera de sensibilizar a la población sobre las consecuencias del cambio climático es hablar de los problemas en la salud.Hasta ahora, las personas que tenían dengue lo traían de fuera, en la sangre, pero como no se daban las condiciones climáticas adecuadas, cuando llegaba su final de ciclo de vida, se moría y ya está. Pero ya encuentra ambientes adecuados para su cría y reproducción. Se ha observado que su llegada se produjo por Barcelona, en un cargamento de neumáticos y ya se ha extendido por toda la cuenca mediterránea. Y es que el problema es que tiene una gran capacidad de expansión.

— Isabel Marín, presidenta de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental