“El cambio climático es una auténtica farsa”… “No es cambio climático, solo un ciclo natural”… “La alarma climática responde a oscuros intereses de lobbies ecologistas disfrazados de científicos”… “Las renovables encarecen el precio de la electricidad”…

Bienvenido a la posverdad medioambiental. Son tiempos de desinformación, de verdades a medias…Mensajes que ‘hackean’ nuestros cerebros pero también corrompen los cimientos de nuestras democracias porque generan crispación y polarizan nuestra sociedad.

No es un fenómeno nuevo. La mentira y la propaganda se han utilizado desde épocas inmemoriales como el mejor arsenal bélico. Lo novedoso ahora es su propagación o viralidad por nuestras redes sociales y conversaciones de Whatsapp.

Este fenómeno de la desinformación es especialmente grave durante las campañas electorales porque se construyen discursos sobre mantras falsos o distorsionados. Unas elecciones con bulos minan nuestra capacidad para elegir libremente a partir de informaciones veraces y no falsas.

La estrategia de ‘fabricar crispación’ en las redes para amplificar el mensaje está siendo una práctica habitual de los partidos. Nos encontramos voces políticas que hablan de “camelo climático” para definir las restricciones de acceso de vehículos al centro de Madrid. Esta desinformación ataca al consenso científico sobre una amenaza, como es el calentamiento global, contra el que hay que luchar con medidas públicas urgentes y muy alejadas de soluciones como “plantar 10 árboles por cada español”, como argumentan otras voces políticas.

Sí. El medio ambiente va a ‘estar de moda’ en los discursos políticos de estas elecciones. Sobre todo en un momento en el que la juventud se ha alzado para exigir a los gobiernos soluciones contra el cambio climático inminente.  

Los bulos, las noticias falsas, correrán como la pólvora por nuestros móviles como estrategia para ocultar el impacto del actual modelo económico sobre el planeta. Debemos estar alerta para frenar juntos la desinformación.

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No te creas todo lo que lees. No compartas todo aquello que creas. Una sociedad desinformada y crispada es el ambiente perfecto para abrazar alternativas populistas neoliberales que no dudan en poner el planeta al servicio de los grandes capitales y corporaciones.