El 8 de marzo las mujeres de todo el mundo estamos convocadas a la huelga feminista. Muchas mujeres en Greenpeace haremos la huelga convocada como laboral, educativa, de cuidados, consumo y de pensionistas. Acudiremos a la manifestación con una pancarta en Madrid y el mensaje: sin equidad no hay paz. El voluntariado de Greenpeace también se sumará a las movilizaciones convocadas por todo el territorio, porque apoyamos y compartimos las reivindicaciones de la huelga feminista, plasmadas en el Argumentario de la Comisión 8M.

Todas las aportaciones y reivindicaciones del feminismo son afines a la misión y valores de Greenpeace: acción directa femenina, nueva ética, análisis anticolonialistas, antipatriarcales y antiglobalizadores, visión holística, diversidad del mundo y responsabilidad de la humanidad en el mantenimiento de la vida.

El sufragismo fue el movimiento que creó nuevas formas de agitación e inventó la lucha pacífica que utilizamos en nuestras acciones. Las mujeres que fundaron Greenpeace venían del movimiento feminista de los 70, del activismo y resistencia antimilitarista de la época y de la lucha antinuclear. Ellas quedaron invisibilizadas en la esfera privada, en el olvido de los cuidados, pero fueron fundadoras de Greenpeace, pioneras, valientes y artífices de que el primer viaje resultara un éxito y de que los peligros de las pruebas nucleares fueran noticia. No podemos cambiar el pasado, pero podemos reivindicar su papel y continuar su lucha.

Fundadoras de Greenpeace. Marie Bohlen (izquierda) y Dorothy Stowe (derecha) detrás del Phyllis Cormack en 1971. Fotografía de Robert Stowe.

La lucha feminista y la ecologista están íntimamente relacionadas y tienen que ir de la mano para caminar hacia un mundo verde y en paz. El modelo de vida y de consumo capitalista y patriarcal se sostiene por la explotación del planeta, sus recursos y la violación sistemática de los derechos humanos, donde las personas más vulnerables son mujeres y niñas debido a la feminización de la pobreza, los roles asociados de cuidados y la violencia machista.

La violencia machista es la más extendida del planeta. Las consecuencias de desastres naturales generan un incremento de violencia con especial vulnerabilidad para mujeres e infancia. La ONU alerta que la violencia contra las mujeres, niñas y niños llega a afectar al 70% en países en conflicto y asolados por desastres naturales. Casos flagrantes como el control de recursos naturales en la República Democrática del Congo, suponen una violación flagrante de los derechos humanos, en los que la violencia sexual son un arma de guerra que se utiliza contra mujeres, niñas y niños. Según datos del PNUD, las probabilidades de que una mujer sea víctima de la violencia doméstica o sexual aumentan después de un desastre. Y si hablamos de personas desplazadas por el clima, el 80% son mujeres, según Women’s Environmental Network.

Es fundamental que en el análisis de la problemática ambiental haya un estudio de género para conocer el acceso a los recursos, la gestión de los mismos, su degradación e impacto diferenciado, así como la participación en la toma de decisiones. Solo así se identificarán las distintas realidades y vulnerabilidades y, por tanto, el abanico completo de soluciones, teniendo una incidencia real en el problema, que de otra manera queda sesgado.

Por ello, en Greenpeace España contamos con un Equipo de Género que impulsa el trabajo para implementar la perspectiva de género en la organización y recientemente se ha aprobado una Política de Género, un Plan interno de Igualdad. Además, hemos empezado a incorporar la perspectiva de género en nuestros informes y en nuestras actividades. Y, aunque todavía nos queda mucho camino por recorrer, estamos orgullosas del recorrido: hemos señalado los impactos diferenciados por género en el desastre de Fukushima, incorporado demandas para incluir la perspectiva de género en los problemas de empleo y pobreza en las zonas mineras y conseguir una transición justa hacia las renovables, visibilizado la contribución de mujeres activistas en los incendios de Indonesia, el trabajo de Greenpeace en el sur del Líbano, en la construcción de paneles solares con una cooperativa de mujeres o el trabajo de científicas en la Antártida. El pasado septiembre nos sumamos al Manifiesto “En energía, no sin mujeres” para visibilizar a las mujeres en el sector energético y para conseguir una transición energética justa en el que las expertas puedan contribuir. Queremos acabar con el modelo actual, contaminante y machista.

Este 8 de marzo muchas mujeres haremos huelga por todas: por las invisibles, por las que no pueden, por las que ya no están, por las que no quieren y por las del futuro. Porque sin equidad no hay paz, porque ecologismo y feminismo van de la mano y porque si nosotras paramos, se para el mundo.

©Martinaweisz

Y hasta que acabemos con este sistema machista, clasista, racista, patriarcal y por ende, contaminante e insostenible: ¡Nos vemos en las calles!

#8M #HacialaHuelgaFeminista