Hace apenas un mes desde que empezamos a salir a pasear o ir en bici frente al confinamiento estricto de las semanas anteriores. Supuso un alivio para todos, pero especialmente para las personas que viven en barrios densos o pisos pequeños.

En cuanto salimos de casa descubrimos una ciudad desconocida, con las calzadas vacías de coches y muchas ganas de estar al aire libre. Unos ingredientes que nos han permitido ver más bicicletas que nunca. No han salido de la nada, ya estaban ahí ocultas en trasteros y balcones o saliendo tímidamente los fines de semana. En cuanto los coches nos han dejado el espacio libre, las bicis se han lanzando a las calles.

Hoy, 3 de junio, es el Día Mundial de la Bicicleta. La Asamblea General de Naciones Unidas reconoce en este día el papel de la bicicleta no solo como forma de transporte, sino como herramienta para la salud, la educación y la inclusión social, entre muchas de sus virtudes.

Sería repetitivo que desde Greenpeace alabemos las ventajas de la bicicleta en materia ambiental. Ya sabemos que la bici no contamina, y energéticamente es lo más eficiente. Hoy preferimos destacarla como un transporte para todos y todas.

Solemos pensar que solo una minoría de personas privilegiadas pueden moverse en bicicleta. Sin embargo, en cuanto los ayuntamientos lo ponen fácil, descubrimos que no hace falta ser joven y estar en plena forma física para ir en bici:

• Pueden usarla personas de cualquier edad: desde niños y niñas en sillas porta-bebé o en sus propias bicis, hasta personas mayores gracias a bicicletas adaptadas y con asistencia.
• Es un transporte muy económico: fácil de adquirir y de mantener, lo que te permite moverte con independencia de tu poder adquisitivo.
• Las ciudades con más bicicletas también tienen más proporción de mujeres en bicicleta: Apostando por la bici reducimos la brecha de género que también existe en la movilidad.

La bicicleta es un vehículo que contribuye a la equidad social mucho más de lo que imaginamos. Y no olvidemos que casi la mitad de la población en España no tiene coche ni carnet de conducir.

A pesar de todas estas ventajas, nuestras calles se han dedicado fundamentalmente al automóvil. Durante el desconfinamiento, hemos pedido a los ayuntamientos que den más espacio al peatón, al transporte público y a la bicicleta. Y la mayoría de ciudades han respondido a esta demanda en un tiempo récord: peatonalizando calles, ensanchando aceras o pintando carriles bici y bus provisionales.

Esta crisis nos ha obligado a repensar cómo queremos que sean nuestras calles. Necesitamos formas seguras, asequibles y sostenibles de desplazarnos; y eso no puede incluir al coche tal y como lo hemos concebido hasta ahora. ¿Están dispuestos nuestros alcaldes y alcaldesas a #REinventar_ sus ciudades pensando en todas las personas? ¿O es solo postureo para lavar su imagen tras la pandemia?

“Cadena Ciclista” por el Día Mundial de la Bici

Desde Greenpeace, junto a otras asociaciones medioambientales y ciclistas, hemos reclamado a las administraciones que apoyen a la bicicleta como forma de desplazarse durante la desescalada, a través de planes de ayuda por parte del gobierno central y medidas más ambiciosas desde los ayuntamientos.

En conmemoración a este día hoy se ha organizado la “Cadena Ciclista” que tendrá lugar esta tarde del 3 de junio en 12 ciudades españolas, una actividad organizada por la Coordinadora en Defensa de la Bicicleta (ConBici) y que busca visibilizar estas propuestas en la calle garantizando las distancias de seguridad entre los asistentes.