La comunidad científica ha sido clara una y otra vez diciendo que las peores consecuencias del cambio climático sólo pueden evitarse si realizamos grandes cambios en todos los aspectos de la sociedad. Están ya en debate otras formas de energía, la reducción de plásticos… pero del sector agroalimentario nadie dice NI MU, es el gran olvidado de las políticas climáticas y la recuperación económica y esto es un gran error pues la producción global de alimento supone la MAYOR PRESIÓN causada por los seres humanos al planeta.
Sabemos ya que más del 75% del territorio español está en riesgo de desertificación y el 70% de las demarcaciones hidrográficas españolas presentan niveles de estrés hídrico alto o severo. Este escenario de escasez afecta especialmente a una población rural cada vez más vulnerable, que ve cómo se han recortado sus derechos de acceso al agua potable con falsas promesas de empleo y dinamización rural.