España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por los incendios forestales. Este problema amenaza con intensificarse debido a los efectos del cambio climático.

2025
Los grandes incendios forestales se han triplicado: 64 frente a los 20 de la media del decenio.
2025
es el peor año en cuanto a incendios y superficie quemada desde 1994
2025
Se ha quemado casi 4 veces más que la media de los últimos 10 años.
De los 10 incendios más grandes de este siglo, ocho han ocurrido en 2025, entre ellos los más devastadores registrados en Castilla y León, Galicia y Extremadura.
Incendio en la Sierra da Estrela, Portugal

El problema

El fuego es un elemento natural que necesita nuestro ecosistema para la regeneración de bosques y montes, pues aporta estrategias rebrotadoras y de germinación tras su paso. Sin embargo, ha dejado de ser una perturbación natural que modela el paisaje para convertirse en una terrible amenaza que en más de un 95% de los incendios de causa conocida en España está ocasionada por el ser humano.

Sólo la extinción no resuelve el problema. Hay que invertir en prevención. En 2025, el 68,8% de los incendios producidos quedaron en menos de una hectárea afectada, esto es gracias a que la extinción de los incendios es exitosa, sin embargo cada vez hay más grandes incendios forestales (GIF), que calcinan áreas superiores a 500 hectáreas. Son incendios de gran gravedad, con víctimas mortales, desalojos masivos, pérdidas materiales y miles de hectáreas arrasadas por el fuego. Sí, hay menos incendios, pero en menos incendios se queman más hectáreas. Si en años anteriores la media rondaba las 1.500 hectáreas por gran incendio forestal, en los de 2025 se disparó a 6.100 hectáreas. Por ejemplo, 2022, que fue un año dramático, los 57 grandes incendios fueron responsables del 80,78% de la superficie total quemada.

Bomberos apagando un incendio forestal en Ourense.

Es fundamental actuar tanto en las causas que originan los incendios como en las que los propagan. De otra manera, independientemente de cómo se haya originado, habrá un incendio difícil de controlar.

El fenómeno de los grandes incendios forestales se ha convertido en uno de los mayores problemas ambientales que sufren nuestros montes debido a la elevada frecuencia e intensidad que ha adquirido en las últimas décadas.

Estos incendios son la punta del iceberg de la situación de nuestros bosques y del cambio climático. Son el resultado de un cóctel de causas:

Incendio forestal
  • Alta siniestralidad. En el periodo 2019-2023, el 68,79 % de los incendios se declararon por accidentes y negligencias. Un 23,98 % fue intencionado. No se trata de terrorismo ambiental ni de trama, sino fuegos ocasionados para regeneración de pasto o para quemas agrícolas para las que no ha pedido autorización administrativa.
  • Cambio climático. El aumento de temperaturas y sequías agravadas provocan que los bosques estén fuera de su rango climático. Estos sufren una aridez extrema y son más susceptibles de arder. El cambio climático no origina los incendios, pero sí los agrava y los convierte en episodios más intensos y difíciles de controlar. Según Naciones Unidas, los incendios extremos aumentarán un 14 % para 2030, un 30 % para 2050 y un 50 % a final de siglo.También está incidiendo en las causas naturales. El calentamiento de la atmósfera a causa del cambio climático incrementará de forma considerable la formación de relámpagos y rayos en un 40 % antes del fin de este siglo.
  • Aumento de superficie forestal por abandono del medio rural con falta de gestión forestal. España es un país forestal sin un plan para sus bosques. El 77 % de los espacios forestales en España no tienen un plan de ordenación forestal.
  • Matorralización de las masas forestales propias del éxodo del medio rural.
  • Viviendas en el monte (interfaz urbano forestal). La gestión urbanística no ha tenido ni tiene en cuenta el riesgo de incendio forestal, encontrándose urbanizaciones, viviendas e infraestructuras en zonas de alto riesgo que son indefendibles y que no están preparadas para prevenir y mitigar los impactos de los incendios forestales.

¡Firma y pide al Gobierno que actúe contra los incendios!

No hay una única solución

La problemática de los incendios forestales es compleja, por lo que las soluciones deben apuntar en diferentes direcciones. Hay que afrontar las causas para prevenir las consecuencias:

Causas que originan los incendios

De cara a reducir la siniestralidad es fundamental que la población tome conciencia del riesgo, extreme las precauciones y se busquen y debatan alternativas al uso del fuego. No se puede quemar como se quemaba antes. También que las administraciones intensifiquen medidas para reducir negligencias, accidentes mediante dotación de recursos para investigar causas, motivaciones así como un mayor esfuerzo en la persecución del delito de incendio forestal.

Causas de propagación

Para prevenir y minimizar el impacto de las llamas es fundamental la gestión de nuestro paisaje, recuperar el paisaje en mosaico agroforestal tradicional de forma sostenible, mejor adaptado, así como recuperar zonas degradadas y desertificadas. Siempre teniendo en cuenta el funcionamiento de los ecosistemas y la necesidad de respetar la diversidad estructural del bosque. De esta manera nos aseguraremos poder disponer de un entorno forestal sano, resistente no solo a los incendios sino a otras amenazas como plagas o enfermedades.

Para mantener ese nuevo paisaje es vital la dinamización y reactivación de la economía rural que contribuya a generar estos territorios resilientes ante incendios de alta intensidad Hay que promover la gestión forestal preventiva y recuperar aquellas actividades que previenen su propagación y que, además, son esenciales para la sociedad.

Y por supuesto, combatir el cambio climático para intentar moderar sus peores impactos, impactos que ya estamos recibiendo.

Otra causa que agrava la propagación del fuego, es la interfaz urbano-forestal, las viviendas en el medio natural. La planificación urbanística tiene que tener en cuenta el riesgo de incendio, de manera que se limiten cierto tipo de urbanizaciones que son muy vulnerables al fuego y que suponen un riesgo para la población y nuestros bosques.

Además, las administraciones tienen que establecer campañas de extinción de incendios que no estén ligadas a la época estival. De ese modo se evitarían las decisiones de última hora promovidas por una meteorología impredecible y se fomentaría la estabilidad laboral en el sector forestal, evitando que las contrataciones se centren solo en los meses de mayor riesgo de incendio. Los servicios operativos no son infinitos ni omnipresentes y los incendios de alta intensidad suponen riesgos y peligros añadidos

Un bombero da indicaciones mientras tratan de apagar las llamas del fuego en el incendio de Montserrat, en las proximidades de Valencia Bomberos forestales en el incendio de Ejulve, en la provincia de Teruel, Aragón

Qué está haciendo Greenpeace

Trabajamos para incidir en la necesidad de soluciones al riesgo de ignición y propagación alejadas de los bulos repetidos sobre piromanía y terrorismo ambiental. Enfocamos la realidad de los incendios forestales para generar discursos que se traduzcan en acciones.

Vinculamos el éxodo rural con la nueva era de incendios forestales. Greenpeace ha calculado cuatro millones de hectáreas de cultivos abandonados que se han transformado en masas vulnerables que agravan el riesgo de incendio forestal.

Consideramos que los incendios forestales, especialmente en áreas donde hay viviendas, es una responsabilidad compartida entre los poderes públicos y la sociedad civil. Por ello, trabajamos para pedir una planificación de los incendios antes y durante la emergencia (prevención, emergencias y autoprotección). Por ello demandamos:

  • En prevención. Establecer planes preventivos en zonas de alto riesgo de incendio (Zonas ZAR), tal y como marca la Ley de Montes. Solo cinco comunidades tienen planes, pero son escasos y no se asegura implementación.
  • En emergencias. Establecer planes de emergencia en zonas de riesgo, tal y como marca la Directriz Básica de Protección Civil. En el informe de Greenpeace en 2018, el 80% de los municipios en zonas de riesgo no tenían plan de emergencias. Ha mejorado pero queda mucho por hacer para que haya planes diseñados, implementados con presupuesto asignado.
  • En autoprotección. De manera generalizada, no se cumple la Directriz Básica de Protección Civil que obliga a las personas propietarias de las viviendas en zonas de riesgo a que tengan planes de autoprotección. Son prácticamente testimoniales.

Proponemos a las administraciones medidas concretas y consensuadas desde la ciencia con otras entidades diversas como la Declaración sobre la gestión de los grandes incendios forestales en España liderado por la Fundación Pau Costa, o el documento consensuado Prevenir los incendios, una responsabilidad colectiva del Foro de reflexión para la prevención integral de los incendios forestales promovido por la Fundación Entretantos.

También trabajamos para promover un cambio de mentalidad de manera que la población perciba el riesgo, asuma su responsabilidad y se organice para prevenir y mitigar los incendios.

¡Firma y pide al Gobierno que actúe contra los incendios!

¿Qué puedes hacer tú?

En los incendios perdemos mucho: vidas humanas, patrimonio natural y cultural, el hábitat de especies emblemáticas y los medios de vida de muchas personas. Además, provocan heridas, contaminación del agua por las cenizas y procesos erosivos que aceleran la desertificación.

Por eso, es fundamental extremar la precaución en el monte. No hagas fuego sin autorización y actúa con cuidado: un solo descuido puede costarnos muy caro.

Protégete de los incendios. Si tu casa está cerca de una masa forestal, con nuestra Calculadora de riesgo de incendios puedes evaluar el riesgo y tomar medidas.

Movilízate para que las administraciones actúen. Las medidas están encima de su mesa.

¡Súmate a Greenpeace! Sé parte de nuestra organización para seguir demandando a las administraciones que tomen medidas para una prevención efectiva de los grandes incendios forestales. ¡Pincha aquí para unirte a Greenpeace!