Mientras lees este post, párate un momento a pensar. Piensa un minuto en la insostenibilidad del modelo de ganadería industrial y en el desmesurado consumo de carne en España. En ese minuto, quiero que sepas que, mientras reflexionabas, se han sacrificado casi 1.700 animales para consumo humano en España: dos cabras, cinco vacas, 17 ovejas, 90 conejos, 90 cerdos y 1.482 aves. Sí, porque en 2016 se sacrificaron más de 886 millones de animales, más que personas hay en toda la UE y lo equivalente a 19 animales por cada persona española.

Hoy hemos presentado el informe “La insostenible huella de la carne en España” en el cual hacemos un diagnóstico del consumo y producción de carne y lácteos en España. En este estudio, el primero de estas características que se hace en España, concluimos que el modelo predominante de ganadería industrial en España es totalmente insostenible y pese a que el consumo de carne mantiene una tendencia a la baja en la última década, sigue siendo muy elevado y sitúa a España en el segundo puesto europeo (sólo detrás de Luxemburgo) y decimocuarto mundial en cuanto al consumo de carne por persona al año.

El consumo de carne en España alcanzó su pico en 2002 y desde entonces sigue una tendencia a la baja, aunque sigue siendo inusualmente alto. Según los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2013 cada persona comió 94 kg de carne al año, es decir, 257 g por persona al día. Teniendo en cuenta que la ingesta dietética de referencia para la población española es de 54 g/día para hombres y 41 g/día para mujeres, superamos con creces los parámetros establecidos como saludables.

Sin embargo, pese a que el consumo baja paulatinamente no pasa lo mismo con la producción. En 2016 se produjeron más de 6 millones de toneladas de carne, lo que significa un incremento de casi el 850% respecto a 1961. El mayor incremento se dio precisamente en las ganaderías más industrializadas, la de cerdo y aves de corral. Respectivamente un 1.550% y un 1.651% para el mismo período. Ésto es debido a que la producción se está orientando mucho a la exportación, a producir carne barata para países terceros. ¡España ya es el cuarto exportador mundial de carne de cerdo! Por supuesto, cuando las granjas se convierten en fábricas el maltrato animal está garantizado.

En 2015, la ganadería española fue la responsable de la emisión de más de 86 millones de toneladas de CO2-eq, casi el doble de lo que dice el Instituto Nacional de Estadística (INE), del consumo de 48.000 millones de metros cúbicos de agua (lo que consumirían todos los hogares españoles en 21 años) – paradójicamente también es una de las principales contaminadoras de este vital recurso -, del 94% de las emisiones de amoniaco, del elevado consumo de antibióticos y necesitó una superficie equivalente a más de ⅓ de la superficie total de España, y 77% de la superficie agrícola utilizada, para producir el alimento para los animales.

La pesada huella de la ganadería y los daños que provoca en nuestra salud el consumo desmesurado de carne, deberían hacer que todas las personas al unísono redujéramos su consumo y que la clase política actuara con valentía y contundencia. Lo primero que debería hacer es prohibir los nuevos proyectos de ganadería industrial y la ampliación de los existentes y trabajar para que todas las personas tengan acceso a una dieta sana y sostenible, donde predominen los alimentos de origen vegetal, ecológicos, locales y de temporada.

¡Acuérdate! Dieta sana, planeta sano. Empieza hoy a reducir el consumo de carne y lácteos. Y si decides comer alimentos de origen animal de vez en cuando, la mejor opción es que provengan de la ganadería ecológica y local.