Las macrogranjas son el máximo exponente de la ganadería industrial, un modelo que causa cambio climático, contaminación del agua, maltrato animal y mucho más.

 

No hay una definición oficial de macrogranja, pero según la normativa se consideran complejos ganaderos industriales las explotaciones que, entre otras cosas:

Dispongan de más de
40.000 plazas
para aves de corral
Dispongan de más de
2.000 plazas
para cerdos de cría (de más de 30 kg)
Superen la emisión de
100 toneladas
de metano al año

Sin embargo, en Greenpeace pensamos que estos números simplifican mucho la realidad y, además, no incluyen las explotaciones de vacuno. Por otra parte, la normativa está ahora mismo en revisión y existe una propuesta para rebajar muchísimo estos números y, finalmente, incluir las explotaciones de vacuno. Pero, la cuestión no es tanto cuántos animales (que también), sino cómo se crían estos animales.

Macrogranja de vacas en Caparroso

El problema

Las macrogranjas son el exponente máximo de la ganadería industrial. Son instalaciones muy mecanizadas con una gran capacidad de producción en un espacio reducido para el número de animales que alberga. Es una ganadería sin tierra, altamente dependiente de insumos externos (agua y piensos) y que genera muchas emisiones y residuos. En estas instalaciones industriales, los animales no salen al campo y pasan su vida encerrados y hacinados. Son auténticas fábricas de carne, leche y huevos, pero también de cambio climático, contaminación y sufrimiento

El objetivo de las macrogranjas es claro: obtener la mayor producción de carne, leche y huevos al más bajo coste y en el menor tiempo posible. Para ello meten a una cantidad ingente de animales en un espacio pequeño, los alimentan en gran medida con productos que vienen de fuera – en muchos casos asociados con la deforestación y transgénicos – y utilizan todo tipo de técnicas para maximizar beneficios. Mientras tanto, las nefastas consecuencias de las macrogranjas se expanden:

  1. Contaminación del agua por nitratos. El 22% de nuestras aguas superficiales y el 23% de las subterráneas presentan contaminación por nitratos procedentes principalmente de la agricultura y ganadería industriales. Al generar una ingente cantidad de excrementos, las macrogranjas convierten los campos agrícolas de las inmediaciones en auténticos vertederos de estos residuos. Los excrementos de los animales son un excelente abono para los cultivos, pero en grandes cantidades se convierten en un veneno. Según la Comisión Europea, en la UE la ganadería es la responsable del 81% de las aportaciones de nitrógeno a los acuíferos.
  2. Cambio climático. El sector agrícola fue el único sector que incrementó sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 (últimos datos disponibles del MITERD) y en gran medida debido a las emisiones provenientes de la ganadería, siendo las emisiones de metano – el segundo gas de efecto invernadero con más emisiones en España – una clara demostración de la contribución de la ganadería a la crisis climática: el sector agrícola es el responsable del 63% de las emisiones totales de metano y la ganadería del 98% de estas. 
  3. Contaminación del aire. La ganadería industrial es la responsable del 94% de las emisiones declaradas de amoniaco en 2020 (últimos datos del PRTR), 69% el porcino y 25% la avicultura. Curiosa e inexplicablemente, el vacuno está exento de declarar sus emisiones. España incumple el límite de emisiones impuesto por la UE desde que se estableció en 2010.
  4. Sufrimiento animal. Los animales en las macrogranjas se encuentran confinados y son alimentados de forma permanente dentro de instalaciones bajo condiciones estrictamente controladas por los seres humanos para que engorden lo más rápidamente posible o, por ejemplo, en el caso de algunas explotaciones, aunque puedan salir al exterior, no tienen acceso a pastos o a un espacio suficiente para expresar las conductas propias de su especie.
  5. Efectos en nuestra salud. Además de las consecuencias negativas que tiene comer carne en exceso, las macrogranjas suponen otros peligros para nuestra salud debido a las prácticas que se emplean. El uso abusivo de antibióticos en los animales contribuye significativamente al desarrollo de resistencias a estos medicamentos en las personas, y España es el país de Europa que más los utiliza en la ganadería. También las elevadas emisiones de amoniaco de estas instalaciones (además de los nitratos en el agua) suponen un grave peligro para la población.
  6. Pérdida de biodiversidad. El 80% de la superficie agrícola mundial ya se destina a producir alimentos para animales y no para las personas (en España la cifra es el 66%). La producción de piensos para la ganadería industrial está deforestando los más preciados bosques del planeta, como la Amazonia. Además, la contaminación del agua derivada de este modelo está acabando con ecosistemas únicos, cuestión por la que España ha sido sancionada por la Comisión Europea en varias ocasiones.

La solución

No podemos permitir que exista un modelo como el de las macrogranjas. Su prohibición debería ser una prioridad para el Gobierno y restantes administraciones con competencia en esta materia. Urge la puesta en marcha de una moratoria que impida la creación de cualquier otro nuevo proyecto de macrogranjas o ampliación de los existentes. También es necesario reducir el número de animales en intensivo y promover una transición justa para las explotaciones que se encuentran operativas.

Firma y exige el cierre de las macrogranjas

Las macrogranjas solo tienen aspectos negativos. Ni siquiera sirven para crear empleo y fijar población en la España vaciada, como algunos quieren hacer pensar. La automatización de los procesos de producción hace que la ganadería industrial genere menos empleo que la extensiva.

Es vital también fomentar la agroecología y la ganadería ecológica y adoptar la “dieta de salud planetaria”, una pauta alimentaria donde predominan los alimentos de origen vegetal y que de forma opcional y ocasional se puede complementar con una cantidad reducida de alimentos de origen animal.

Casi 500.000 personas han firmado para pedir la prohibición de las macrogranjas.

Qué está haciendo Greenpeace

En Greenpeace señalamos las consecuencias que están teniendo las macrogranjas que ya existen, como la de Caparroso, en Navarra. Y denunciamos las intenciones de construir macrogranjas mucho mayores, como la de Noviercas, en Soria. También hemos señalado las macrogranjas más contaminantes de España, como la de CEFUSA (Grupo Fuertes/El Pozo) en Castilléjar, en Granada.

Hemos promovido la creación de una Red Ciudadana de Vigilancia de la Contaminación del Agua por Nitratos para medir la contaminación por nitratos en todo el territorio. Y estamos presionando a la administración para que adopte medidas realmente eficaces.

Macrogranjas: ¿qué puedes hacer tú?

Qué puedes hacer tú

¡Actúa con tu consumo! Reduce tu consumo semanal de carne a unos 300 gr y de leche a unos 1.750 gr, esto contribuirá a debilitar el modelo de ganadería industrial en favor de uno más sostenible con el planeta.

¡Únete a Greenpeace! Firma nuestra petición para exigir el cierre de las macrogranjas o forma parte de nuestra organización para exigir a gobiernos y empresas que fomenten una ganadería extensiva y ecológica, que tenga en cuenta el bienestar animal y nuestra salud.