Las selvas tropicales de la Cuenca del Congo conforman la segunda mayor superficie de bosque tropical después de la Amazonia, abarcando más de 172 millones de hectáreas. Son vitales para la supervivencia de nuestros parientes biológicos más cercanos: gorilas, chimpancés y bonobos.
Únicamente el
8,5%
de las selvas vírgenes de la Cuenca del Congo están protegidas
Hay concedidas
50 millones
de hectáreas de bosque para la extracción de madera
El
8%
de todo el carbono forestal acumulado en los bosques del planeta está en estas selvas
Madera ilegal en la República Democrática del Congo Explotación maderera en el Congo Madera dura ilegal en la República Democrática del Congo

El problema

Las selvas que tapizan la extensa cuenca del río Congo, en el corazón de África ecuatorial, forman la segunda región tropical en tamaño después de la Amazonia. Se extiende a lo largo de Camerún, República Centroafricana, Congo Brazzaville, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón. En la República Democrática del Congo, el bosque es el hogar de más de 1.000 especies de pájaros, más de 400 especies de mamíferos, 10.000 especies vegetales, muchas de los cuales no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra.

Basta de deforestación

Las selvas de la cuenca del río Congo acumulan el 8% de todo el carbono almacenado en los bosques del planeta, lo que le convierte en el mayor almacén de carbono de África y el cuarto del mundo. Sin embargo, cerca del 85% de este bosque primario se ha destruido y la industria maderera amenaza el resto. Las estimaciones de deforestación para África central para 2050 auguran que, solo en la República Democrática del Congo, se liberarán 34.400 millones de toneladas de CO2.

Decenas de millones de personas dependen del bosque para su supervivencia. Sólo en la República Democrática del Congo viven 40 millones de personas que dependen de estos bosques. En esta parte del mundo, culturas enteras viven directamente del bosque para su refugio, salud, comida y supervivencia cultural y espiritual.

Junto con la expansión de la agricultura, la tala industrial de madera es el principal factor de degradación y deforestación de las selvas africanas. Según una investigación publicada en 2013, en el periodo 2000-2010 la fragmentación y la tala selectiva fueron las principales causas de la degradación de los bosques primarios de la República Democrática del Congo, representando el 91% de los bosques primarios degradados. La tasa de degradación forestal en este periodo fue 3,8 veces superior dentro de las concesiones forestales que fuera de las mismas. Dadas las altas tasas de degradación forestal observadas, se estima que la degradación de los bosques intactos podría aumentar hasta dos veces durante la próxima década.

Una gran parte de la explotación forestal en África se realiza de manera ilegal. En demasiadas ocasiones, la actividad forestal en este continente se produce en un contexto de incumplimiento de leyes, falsificación de documentos y blanqueo de madera, conflictos bélicos, corrupción y violación de derechos humanos.

En toda África Central, las concesiones forestales otorgadas a la industria maderera abarcan unos 50 millones de hectáreas de selva tropical, un área del tamaño de España.

Bebé de gorila de montaña (de aproximadamente un año) en el Parque Nacional Virunga, en el Congo Niños juegan en un poblado de República Democrática del Congo

La solución

Pese a la gran variedad de amenazas que destruyen los bosques primarios aún hay tiempo de reacción, pero urge tomar ciertas medidas para lograr salvarlos:

  • Proteger las selvas tropicales intactas, a través de la declaración de estas zonas como áreas protegidas, el cumplimiento de los compromisos adquiridos en los acuerdos multilaterales y una mejor gobernanza mundial que prime la conservación de la biodiversidad y los derechos de los pueblos indígenas.
  • Las empresas importadoras de madera deben cumplir la legislación que prohíbe importar madera ilegal mediante rigurosos sistemas de evaluación de sus proveedores de madera.
  • La Comisión Europea debe tomar medidas legales contra los Estados que, como España, no están haciendo cumplir la legislación que obliga a evitar la importación de madera ilegal a la UE.
  • Las administraciones, a través de la contratación pública, deben asegurar, a través de los procesos de contratación pública de obras, suministros y servicios, que el dinero público no se utiliza para comprar productos fabricados con madera ilegal o procedentes de la violación de derechos humanos.
  • La ciudadanía debemos adoptar estilos de vida y consumo sostenibles, exigiendo madera local y certificada por el FSC para evitar comprar madera procedente de la destrucción.

Qué está haciendo Greenpeace

Investigamos la degradación y destrucción de los bosques en África, en especial de aquellas zonas vírgenes consideradas paisajes forestales intactos, y realizamos campañas para evitarlo.

Documentamos los casos de tala ilegal e investigamos el viaje de esta madera desde la selva hasta los países importadores, denunciando a las empresas implicadas antes las administraciones públicas.

Exigimos al Gobierno español la plena aplicación del Reglamento de Madera, que exige a las empresas que evalúen sus cadenas de suministro para evitar que la madera talada ilegalmente entre en la Unión Europea. Y presionamos a la Comisión Europea para que tome medidas legales contra los Estados miembros que están incumpliendo esta legislación.

A través del análisis de imágenes de satélite, y junto con otras ONG e instituciones científicas, elaboramos mapas de los paisajes forestales intactos de África y el resto del planeta, vemos su evolución y publicamos artículos científicos para la divulgación del valor de estos interesantes ecosistemas. Puedes ver más información en la web Intact Forest Landscapes.