La quema de carbón es de las mayores amenazas a las que se enfrenta nuestro clima. Ponemos fecha para el fin de este combustible fósil en España: 2025.
El problema
El carbón es el combustible fósil que más contribuye al cambio climático a nivel mundial y las centrales térmicas de carbón son la mayor fuente de emisiones de CO2 producidas por el ser humano. Además, la contaminación atmosférica por gases tóxicos procedentes de la combustión del carbón está destruyendo los medios de vida y matando gente.
Pese al acuerdo de París, algunos gobiernos, en especial en países como China, India, EE. UU. y algunos países del este de Europa, están permitiendo que la industria gaste cientos de miles de millones de dólares para construir nuevas térmicas de carbón. Si los planes actuales siguen adelante, el carbón será responsable del 60% de las emisiones de CO2 en el año 2030.
En España, hasta hace pocos años, el carbón era el mayor responsable de las emisiones de CO2. Hoy estamos en un escenario muy distinto en el que antes de 2025 todas las centrales de carbón podrían estar cerradas y en el que las emisiones por este combustible fósil están desapareciendo gradualmente.
«Las falsas soluciones como la captura y almacenamiento de carbono crean una distracción peligrosa. Solo dejando a un lado el carbón y los demás combustibles fósiles (petróleo, gas y nuclear), además de aumentando la eficiencia energética y la producción con energías renovables podemos prevenir un cambio climático catastrófico»
La solución
Para evitar los peores impactos del cambio climático tenemos que evitar un aumento de temperatura global por encima de 1,5 ºC. Para ello, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben tener su máximo en esta década y desde allí disminuir a cero en este mismo siglo. Lo que significa que en los países desarrollados deberemos estar en cero emisiones en 2050. En concreto, el uso de carbón a nivel mundial tiene que descender un 75% en 2030.
El mundo tiene suficiente energía renovable técnicamente accesible para satisfacer seis veces la demanda actual de energía. Necesitamos una revolución energética que sustituya a las energías sucias como el carbón con energías como la eólica o la solar, y que logre aumentar la eficiencia energética, lo que generará puestos de trabajo y reducirá los costes de la electricidad.
Muchos gobiernos ya han decidido poner fin a la quema de carbón para producir electricidad: California, Ontario 2014; Bélgica, Escocia 2016; Massachusetts, Pekín 2017; Delhi 2018; Estado Nueva York 2020; Oregón 2020; Connecticut 2021; Hawaii, Nueva Zelanda 2022; Francia 2023; Austria, Gran Bretaña, Estado Washington, Italia 2025; Berlin, Canadá, Finlandia, Nuevo México, Holanda, Portugal, Suecia 2030. España ha sido el único país de Europa occidental en el que las empresas han anunciado sus propios planes de cierre por la pérdida de rentabilidad económica de las centrales de carbón, pero el Gobierno todavía no ha fijado una fecha para el cierre de todas las plantas de carbón.
Qué está haciendo Greenpeace
Desde Greenpeace demandamos responsabilidades al Gobierno para que actúe con urgencia frente al cambio climático, cuide nuestra salud y garantice empleos justos y sostenibles. Exigimos un plan de cierre progresivo, con fecha límite en el año 2025, de todas las térmicas de carbón en España. Debe ser un plan de transición justa para garantizar un futuro real y sostenible para las personas que viven en las cuencas mineras y de las centrales de producción eléctrica contaminante. En este sentido, valoramos como positivo el “Acuerdo por una Transición Energética Justa para las centrales térmicas en cierre” entre el gobierno, los sindicatos y las compañías eléctricas con plantas de carbón, y seguiremos vigilantes para que se cumpla.