¿Sabías que el aire que respiras y la comida que ingieres a diario contiene sustancias tóxicas?
El problema
Hoy en día muchos de los productos que consumimos y las industrias que los producen generan contaminación, bien directa por su producción o bien indirecta, por su degradación en el medio ambiente (como por ejemplo los plásticos). Encontramos sustancias contaminantes en el aire que respiramos, en nuestra comida, en nuestra ropa y cosméticos… Además, el contaminante plástico ha inundado literalmente nuestras vidas. Cada vez es más evidente la relación entre el actual modelo económico y de producción y los impactos sobre la salud y el medio ambiente.
Convivimos a diario con la contaminación atmosférica, debido al tráfico y a las emisiones de las industrias. La contaminación del aire es responsable de un elevado número de muertes prematuras y enfermedades respiratorias en nuestras ciudades.
En tan solo unas décadas el plástico ha pasado a estar presente en todo tipo de objetos y materiales por sus características y bajo precio. Y, al igual que su producción, el aumento de residuos de plástico se ha incrementado de forma dramática. El plástico daña la vida marina y se incorpora a la cadena alimentaria.
El modelo de producción de alimentos predominante impide que podamos controlar tanto la producción como el consumo de alimentos. Una de las consecuencias de este modelo es el uso de plaguicidas tóxicos en la agricultura industrial, que tiene efectos nocivos sobre nuestra salud y sobre la de otros seres vivos tan importantes como las abejas. La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural realizado por insectos como las abejas, que permite que se fecunden las flores y den así frutos y semillas.
La solución
La solución para paliar en gran medida la contaminación que estamos sufriendo está a nuestro alcance.
La contaminación atmosférica puede combatirse de forma efectiva mejorando el modelo de movilidad en nuestras ciudades para hacerlas más sanas y sostenibles. También es necesario que se fijen límites para la emisión de sustancias contaminantes por parte de las industrias.
Firma para pedir al gobierno una movilidad sostenible
La reducción en el consumo y producción de plásticos de un solo uso es prioritaria y urgente. Además, es responsabilidad de todos y todas, tanto de quienes fabrican el producto, quienes lo consumen y las administraciones que gestionan los residuos.
Es necesario un cambio en el modelo de producción de alimentos. Se hace necesario y urgente acabar con el modelo de agricultura industrial, amante de los plaguicidas tóxicos y apostar por la agricultura ecológica como única vía para una producción sana y sostenible. El primer paso es prohibir los productos tóxicos para las abejas actualmente en uso, y hacer que la evaluación de riesgos de los plaguicidas sea mucho más estricta.
Qué está haciendo Greenpeace
En Greenpeace trabajamos el problema de la contaminación desde todas sus variantes:
Contaminación atmosférica:
- Trabajamos con más de una docena de ayuntamientos para que adopten planes de movilidad sostenible que reduzcan la contaminación en las ciudades.
- Demandamos a los gobiernos europeos que endurezcan las medidas para que las industrias reduzcan la emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera.
Contaminación por plásticos:
- Pedimos que se establezcan las medidas necesarias para eliminar los objetos de plástico de un solo uso (bolsas, cubertería, pajitas…).
- Queremos conseguir que el Gobierno acabe con el abandono de envases y garantice su correcto reciclado.
- Es necesario que entren en funcionamiento medidas basadas en la economía circular, apostando por la reutilización de las materias primas y nuevos materiales con menor impacto ambiental.
- Luchamos para que se prohíba el uso de microesferas de plástico.
Ayúdanos a pedir que eliminen YA el maldito plástico
Contaminación en la alimentación:
- Apoyamos de forma decidida y urgente a la agricultura ecológica.
- Trabajamos para que se prohíban los plaguicidas tóxicos que son perjudiciales para las abejas, la naturaleza y nuestra salud.