Un modelo de movilidad basado en el vehículo privado genera graves impactos en la salud pública, la siniestralidad vial, las emisiones de efecto invernadero y la ocupación del espacio público.
El problema
La forma en la que nos desplazamos cada día genera importantes impactos en el medio ambiente y en nuestra propia salud. El automóvil es el protagonista absoluto de nuestras calles: ocupa el 80% del espacio público a pesar de ser el modo más contaminante e ineficiente. Cada vez somos más conscientes de las soluciones que hay para moverse de forma sostenible: caminar más, apostar por el transporte público y facilitar medios limpios como la bicicleta. Sin embargo, nuestra necesidad de desplazarnos no hace más que aumentar. Por eso es urgente avanzar hacia una movilidad sostenible más limpia, eficiente y equitativa para solucionar los problemas del modelo actual:
Salud pública. La contaminación del aire que genera el tráfico es la más dañina para nuestros pulmones. En las ciudades españolas el 75% del dióxido de nitrógeno (NO2) procede de tráfico rodado y se genera justo donde vivimos. Afecta especialmente a la población más vulnerable: niños y niñas, gente mayor y personas con enfermedades respiratorias. Además del NO2, las partículas que emiten los motores de combustión y el ruido del tráfico son causa de un mayor número de enfermedades. Es un problema sanitario de primer orden que causa 38.600 muertes prematuras al año, la mayoría debidas a la contaminación.
Crisis climática. El transporte ya es el mayor emisor de CO2 en nuestro país, muy por delante de la industria y la electricidad. Y sus contribución aumenta cada año un 3%, alejándonos del objetivo de emisiones fijado en el Acuerdo de París y que agravan la actual emergencia climática. El transporte por carretera es el mayor emisor (72%) pero junto a él aumentan significativamente las emisiones del sector marítimo y aéreo, sin que ninguno haga esfuerzos en invertir estas crecientes emisiones.
Equidad social. El automóvil es el modo de transporte más ineficiente y por tanto el más caro. La dependencia del coche expulsa a los sectores más desfavorecidos de la población, quienes por su renta, edad o condición física no pueden asumir un vehículo propio. En España un 43% de la población no tiene carnet de conducir. Quienes sí lo tienen dedican hasta un 30% de su presupuesto familiar a comprar y mantener un coche. Aumentar la oferta de transporte público y reducir la dependencia del coche es una forma de acabar con la brecha social que supone el modelo actual.
La solución
Avanzar hacia un modelo de movilidad sostenible que priorice la proximidad, donde el peatón sea el protagonista, cualquier persona pueda circular en bicicleta sin riesgo y el transporte público sea la opción preferente frente al vehículo privado. Un sistema donde el automóvil sigue disponible para cuando sea estrictamente necesario, pero promoviendo su uso y propiedad compartida, y siempre con vehículos limpios.
Para promover este sistema es necesario que la administración y las empresas apuesten por transportes limpios y reduzcan la dependencia del coche. Desde la ciudadanía también podemos contribuir si usamos menos medios contaminantes y elegimos servicios (compras, ocio, colegio…) de nuestro barrio o próximos a nuestro entorno.
Qué está haciendo Greenpeace
Mejorar nuestra forma de movernos es cosa de toda la ciudadanía, desde fabricantes y empresas de transporte a gobiernos locales, autonómicos y nacionales responsables de las infraestructuras y el uso del espacio público. También la ciudadanía, como usuaria final, tenemos un papel clave cuando decidimos cómo nos movemos.
Por eso en Greenpeace trabajamos para que las administraciones faciliten el uso de modos limpios de transporte. A través de nuestra campaña de ciudades Neopolitan presentamos propuestas concretas a los ayuntamientos para que se comprometan a mejorar el transporte público y luchen contra la contaminación. También trabajamos para lograr una transición del automóvil urgente y justa para todas las personas:
- Acabar con la venta de vehículos diésel y gasolina no más tarde de 2028.
- Implantar Zonas de Bajas Emisiones para cumplir con límites de calidad del aire que marca la ley.
- Fomentar el transporte colectivo (ferrocarril y carril bus-VAO) como opción preferente frente a la construcción de más autopistas.
Qué puedes hacer tú
- Cambia tu forma de moverte. Con pequeños cambios en tu día a día puedes mejorar tu salud, tu economía y tu impacto en el entorno. Descubre cómo hacerlo.
- Únete a Greenpeace. Con tu ayuda sumamos fuerzas para exigir a gobiernos y ayuntamientos que faciliten la movilidad sostenible. ¡Pincha aquí para unirte a Greenpeace!